La oposición que aporta y la que obstruye

Es muy importante, a fin de asegurar la gobernabilidad, trazar una línea divisoria entre la oposición que critica y aporta, frente a la que sólo busca adoptar actitudes revanchistas y obstruccionistas pese a ser la responsable de haber dejado al país en t

La oposición que aporta y la que obstruye

Entre las urgencias y prioridades de gestión, el gobierno de Mauricio Macri se propuso una rápida recomposición de la Corte Suprema de Justicia, que tras la renuncia del doctor Carlos Fayt quedó funcionando con sólo tres integrantes.

El Presidente anunció para ello la designación "en comisión" de dos prestigiosos juristas, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, un mecanismo que si bien se encuentra contemplado en la Constitución Nacional, por su poca utilización y el momento político e institucional imperante resultó totalmente inapropiado y constituyó automáticamente el primer error de envergadura de la flamante administración nacional.

Tal decisión no sólo sorprendió sino que, además, encendió luces de alarma entre quienes defienden a rajatabla el apego a las normas institucionales y vieron en este nuevo gobierno el camino de retorno hacia la normalidad deseada y postergada durante los años más radicalizados del kirchnerismo.  Probablemente haya priorizado el Gobierno su preocupación por encontrarse en minoría en el Congreso y suponer por ello que la autorización de los dos nuevos jueces de la Corte podría tener el rechazo de los legisladores del Frente para la Victoria, con mayoría propia en el Senado.

Pero lo cierto es que la controvertida decisión del presidente Macri generó la reacción mayoritaria no sólo de constitucionalistas y politólogos de prestigio, sino que sorprendió a la oposición en general, muy especialmente a los dirigentes que habían participado días antes de encuentros que el primer mandatario realizó con quienes fueron sus adversarios en las últimas elecciones y con los 24 gobernadores.

Estos dirigentes forman parte de lo que se puede denominar oposición constructiva, que es aquella que tiene como objetivo marcarle los errores a la gestión de Mauricio Macri, pero siempre con el sano deseo de que a este gobierno le vaya bien.

Sin embargo, el paso en falso que dio Macri no sólo unió a las distintas expresiones que hoy tiene el ex oficialismo. Además alentó a los sectores más reaccionarios del kirchnerismo a embestir contra la flamante gestión y a organizar una serie de movilizaciones de militantes con el único objetivo de intentar generar un clima de violencia y malestar contra el titular del Ejecutivo que hoy pocos desean. Tal vez el Presidente no advirtió que con su error político, puso en marcha el virus del obstruccionismo que la oposición kirchnerista pretende instalar ya mismo.

Es por ello que nadie debería olvidar que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo acciones mucho más criticables contra la Justicia: cambió los jueces naturales de las causas; persiguió, difamó y amenazó con la destitución a muchos otros; nombró conjueces de la Corte con mayoría simple del Senado, decisión luego declarada nula por la Corte, y hasta modificó la ley de subrogancias para nombrar jueces cercanos, acción que también abortó el máximo tribunal.

En un gesto muy digno y que cumple con una de sus promesas del comienzo de su gestión, el Presidente decidió finalmente postergar la incorporación de los dos nuevos jueces de la Corte con la decisión de adaptarse a los tiempos y mecanismos apropiados. Un paso de indudable autoridad moral y de humilde aceptación de la advertencia hecha por la oposición constructiva, actitud con la cual puede llegar a frenar el oportunismo de la otra oposición, la que no tiene ninguna autoridad moral para exigir que se respete lo que durante una década fue violado casi sistemáticamente.

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