La oposición marcó las “ausencias” del discurso

El peronismo y la izquierda cuestionaron que Cornejo no haya hecho referencia a la caída de producción y el empleo, ni a los femicidios.

La oposición marcó las “ausencias” del discurso

"Pueden aplaudir alguna...", les dijo el gobernador Alfredo Cornejo a los justicialistas sentados en sus bancas. Lo dijo cuando marcaba las bondades de la Emergencia en Seguridad, que el año pasado tuvo el acompañamiento del principal partido de la oposición.

Los peronistas no sólo no aplaudieron, sino que la mayoría criticó con dureza el discurso del gobernador.

En realidad la oposición toda se mostró crítica. Quizás el más duro fue Jorge Tanús, que calificó el discurso gubernamental como "el peor de los últimos 20 años".

Lo dijo en razón de que “los anteriores gobernadores se ocupaban de la política y no hablaban sólo de la administración, como un gerente de una empresa”.

El peronista dijo que hubo tres momentos en el mensaje. "Una primera parte de instrucción de moral; luego, una instrucción de gerenciamiento y después, sólo habló de los presos", criticó Tanús. Además, se quejó porque "en lugar de hablar de darle trabajo a los presos, debería generar trabajo para la gente que está afuera" de la cárcel.

La titular de los senadores justicialistas, Patricia Fadel, también atacó con dureza la alocución. "Fue un discurso muy pobre. Parecía casi un intendente, no un gobernador", resaltó a su turno la experimentada legisladora. "Ya pasó lo de la 'herencia recibida'. Le dimos las herramientas y trabajó durante un año con eso. Yo ahora esperaba un plan estratégico, pero no escuché nada que implique crecimiento para Mendoza", resaltó.

Fadel también le cuestionó a Cornejo el seguir hablando de “administración”, aunque reconoció el orden logrado. “Se ha ordenado, aunque es fácil ordenar, cuando se toma deuda de alto costo que quién sabe cómo pagaremos los mendocinos en el futuro”, lanzó.

Al diputado nacional Alejandro Abraham, le pareció un discurso "de campaña", el de Cornejo. "Quiso contrastar 2015 con 2016 y 2017, como si ellos en la oposición -que negaron endeudamiento y presupuesto- no hubieran tenido nada que ver con la crisis", señaló.

Para la senadora nacional kirchnerista, Anabel Fernández Sagasti, el discurso tuvo "ausencia" de temas trascendentales. "Habló de la industria como gran motor de empleo, pero no habló de qué hacer para recuperarse de la caída del 6,9% en industria", dijo. "Tampoco habló de qué hacer para que no sigan cerrando comercios ni para subir salarios", añadió.

Del lado de los intendentes, el que opinó fue el tunuyanino Martín Aveiro. "No fue un mal discurso -dijo- aunque esperaba más de temas relacionados con la producción y con un plan de generación de empleo que nos involucre a todos: Nación, provincia y municpios, para así paliar la necesidad que hay en la calle, que es preocupante", señaló.

Una ley "demagógica"

Lo que más alimentó la opinión opositora fue el anuncio de Cornejo de la nueva ley para obligar a trabajar a presos. 

La mayoría opinó que es un proyecto cargado de "demagogia". Así lo consideró la especialista en el tema desde el peronismo, la senadora María José Ubalidini.

“Es demagógico porque es un tema que ha tenido gran repercusión nacional. Todos queremos que los presos cumplan su condena y salgan resocializados. Y para eso, evidentemente hay que garantizarles que trabajen y estudien”, indicó. Sin embargo consideró que la norma “puede tener visos de inconstitucionalidad”.

Fadel también dudó. “No sé si es constitucional. De todos modos habrá que revisarlo”, dijo, abriendo la puerta a la discusión.

La Izquierda fue más virulenta. "Queda bien hablar de seguridad, de que hay que hacer más cárceles, tener más presos, pero la verdad es que en las cárceles no hay empresarios ni políticos corruptos", indicó Noelia Barbeito (PTS).

"Cornejo contrapone al garantismo capitalista que ofreció el gobierno anterior, un mayor punitivismo al problema de la inseguridad", dijo por su lado Soledad Sosa (PO).

Pero un punto del tema de la seguridad -que fue en el que más énfasis puso Cornejo- fue el que se llevó la crítica, principalmente de las mujeres.

"El gobernador no habló de los femicidios, que han puesto a Mendoza en la punta de un duro ranking", dijo Fernández Sagasti. 

“La inseguridad no es sólo delictiva, sino que lo es en términos sociales, como el hecho de que en el país muere una mujer cada 18 horas por violencia de género”, resaltó Sosa.

Banque de los aliados

No pocos querían conocer la opinión de los aliados, algunos de los cuales se han mostrado distantes en los últimos tiempos.

Desde el PD, el diputado Marcos Niven señaló que se sintió "identificado" con el mandatario, sobre todo con el proyecto de hacer trabajar a los presos, algo "revolucionario", para él.  Aunque desde su visión, "tendría que haber más ideas desde el Estado para aportar a la generación de trabajo privado".

Otro que se mostró a favor fue el senador Ernesto Mancinelli (Libres del Sur), que aceptó el proyecto para presidiarios. "Vamos a ver cuál es el espíritu; si apunta a la reinserción de los presos, que se puedan formar y ocupar el tiempo de ocio en algo más productivo, vamos a acompañar", adelantó.

Guillermo Pereyra (Frente Renovador), coincidió en que "falta mucho por hacer". Pero se mostró reticente. "Se ha dicho que los presos van a comenzar a trabajar, pero el resto de la sociedad también necesita trabajar. Hubiera sido deseable ver de qué forma le pedirá a la Nación que reactive la inversión prometida", dijo el diputado.

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