La oposición venezolana denunció ayer que hay un golpe en marcha del régimen chavista para cerrar el Parlamento. Lo llaman “el madurazo”. El segundo en el poder, Diosdado Cabello, aumentó la preocupación al advertir que el gobierno de Nicolás Maduro se propone trasladar las competencias parlamentarias a la Sala Constitucional de la Corte Suprema y clausurar el legislativo de mayoría opositora.
Ese tribunal judicial que ha sido colonizado por el gobierno había declarado ayer en “desacato” al Parlamento porque mantenía en su lugar a tres diputados opositores cuya elección es cuestionada y con los cuales la oposición arma la mayoría crucial de dos tercios que le da una formidable autonomía al legislativo que desde el 5 de enero controla, como nunca antes en 16 años de chavismo.
Tras verificar el quórum dos veces, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, canceló la sesión de ayer y la convocó para hoy a las 10.30 locales (12 de Argentina), cuando -según anunció- la oposición hará un “pronunciamiento de fondo”sobre la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). “No hubo quórum, no hubo presencia ni de la bancada de la oposición ni de la bancada del gobierno. Mañana (por hoy) daremos cuenta de la decisión de la Asamblea”, declaró Ramos Allup.
Al salir de un vacío hemiciclo, adonde sólo llegaron unos cuatro legisladores opositores, Ramos Allup no explicó la razón por la que los opositores se ausentaron y se limitó a insistir en que la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunciará su postura tras hacer consultas jurídicas.
El TSJ, según la oposición alineado con el gobierno, declaró el lunes nulos todos los actos del nuevo Parlamento mientras sigan incorporados tres diputados opositores del estado Amazonas, cuya elección fue suspendida temporalmente por ese órgano en diciembre al admitir una impugnación presentada por el partido de gobierno.
Dictamen de "desacato"
La corte también consideró en desacato a la directiva opositora de la Cámara, que, desafiante juramentó a los tres legisladores. La MUD reivindicó así una mayoría de dos tercios (112 de 167 bancas) con la que se propone buscar una vía para cambiar al gobierno, aprobar una amnistía para presos políticos y reformas económicas.
“La Asamblea Nacional en pocos días ha creado una serie de enredos para la vida institucional del país. Llegaron borrachos de poder, envalentonados, porque creyeron que ha llegado la hora. Pero yo tengo confianza”, manifestó ayer el presidente Maduro, en un acto público.
En lo que sería una señal de acercamiento entre la oposición y el oficialismo, Ramos Allup reveló que el lunes conversó telefónicamente en dos oportunidades con el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, quien -dijo- podría ser “un facilitador en las comunicaciones” entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Mientras la oposición decide qué hacer, corre el tiempo para que Maduro presente, según la Constitución a más tardar el próximo viernes, su informe anual de labores ante el Parlamento.
Según Ramos Allup, la seguridad presidencial coordinó con la Asamblea lo relacionado con la comparecencia de Maduro. Pero el oficialismo planteó la posibilidad de que el mandatario no rinda su informe ante los congresistas, sino en el TSJ.
El diputado y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, anunció que el bloque socialista consultará al TSJ para que determine si su Sala Constitucional puede legislar en sustitución de la Asamblea mientras éste siga en “desacato”.
Maduro tenía previsto presentar al Parlamento un decreto de emergencia para encarar la grave crisis económica del país, reflejada en una inflación superior al 200% -según cálculos privados- y una severa escasez de productos básicos que provoca largas filas en los supermercados.
Pero ahora, tras el fallo del TSJ, Maduro dijo que anunciará en breve sus medidas para reactivar la producción y que Venezuela reactivará el cabildeo para concertar una estrategia dentro y fuera de la OPEP que eleve los precios del petróleo, que -precisó- cayó a 24 dólares por barril.
“Estamos en medio de una tormenta económica y sólo en socialismo y revolución podemos pasarla”, agregó Maduro, quien reorganizó su gabinete con un equipo económico que apuesta por una línea dura de izquierda para encarar la “guerra económica de empresarios de derecha”.