El pedido de auxilio del Gobierno con el FMI no modificó en absoluto el escenario en la Cámara de Diputados, donde la oposición considera que su proyecto de ley antitarifazo no es una señal negativa para los mercados, en momentos en que la economía argentina atraviesa una crisis cambiaria, inflacionaria y fiscal.
Por eso hoy al mediodía, en sesión especial, avanzarán con el debate de esta iniciativa, que establece que los aumentos tarifarios no podrán ser superiores a las subas salariales. Ya tendrían los votos suficientes para dar media sanción.
En rigor, si estuviera vigente, la ley opositora afectaría únicamente a las facturas del gas de las distribuidoras de electricidad Edesur, Edenor y Edelap, que operan en la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires, porque son servicios concesionados por el Estado nacional.
En cambio para el caso del agua y la luz, la propuesta no vulnera las facultades regulatorias de las provincias, de modo que en cada distrito podrán adherir o no a la eventual ley.
Mientras durante los años de kirchnerismo las tarifas de la luz para los porteños y los bonaerenses permanecieron congeladas (al igual que las del gas), en el interior fueron aumentando y sobre la base de fórmulas polinómicas y coeficientes vigentes en los contratos de concesión provinciales. Lo mismo con el agua.
Cambiemos rechaza el proyecto opositor por considerarlo "demagógico": afirman que las facturas deben actualizarse para sostener el funcionamiento de los servicios y las inversiones y que las tarifas son facultad del Poder Ejecutivo.
Esta misma objeción realizaron los gobernadores del PJ, según quienes el Congreso no tiene incumbencia en la determinación de las tarifas.
Sin embargo, los mandatarios peronistas dieron libertad de acción a sus diputados para unirse al kirchnerismo y al massismo y aprobar el proyecto.
Esperaban una solución política de Mauricio Macri, pero el presidente se mantuvo firme y dispuesto a asumir el costo político del veto.
La oposición borrará del texto la rebaja del IVA en las facturas, después de que los gobernadores pusieron el grito en el cielo porque, como es un impuesto coparticipable, esto afectaría a la recaudación de las provincias.
También, según pudo saber Los Andes, eliminarán el tope tarifario para el transporte automotor (colectivos) y peajes.
Entre el kirchnerismo, el massismo, el PJ, la izquierda y otros bloques menos numerosos, la oposición reúne como mínimo unas 130 voluntades de las 256 posibles.
Esta cifra supone no solamente que tendrán quórum para iniciar la sesión (se necesitan 129 diputados sentados) sino también la segura media sanción del proyecto antitarifazo.
En tal caso, la iniciativa sería girada al Senado, donde los bloques de Miguel Pichetto y Cristina Fernández están dispuestos a convalidarlo.
Quieren sacarse el tema de encima
Cambiemos convocó a otra sesión, para las 10, con el fin de debatir los proyectos de ley de Financiamiento Productivo, que establece beneficios para el acceso al crédito de las pymes, y de creación del tribunal de Defensa de la Competencia.
Como Cambiemos es minoría, acordó con el PJ que los justicialistas asistan a la sesión de las 10, para que no se caiga, a cambio de que los oficialistas también estén presentes en la sesión de tarifas.
“Vamos a participar”, hizo saber Monzó a los periodistas parlamentarios, para confirmar que Cambiemos no buscará entorpecer el cuórum opositor.
Los Andes pudo saber que Cambiemos decidió tirar la toalla "para que el tema de tarifas termine cuanto antes", a sabiendas de que Macri ya tiene decidido vetar la ley.