Se cumplen 20 años del estreno de Titanic en cines y James Cameron ha decidido producir un documental, de una hora de duración, titulado National Geographic Titanic: 20 Years Later.
El trabajo examina dos décadas repletas de nuevas revelaciones, ofreciendo contexto a las elecciones tomadas durante el rodaje, basadas en los hechos históricos y la ciencia disponible en el momento de las grabaciones.
Durante una entrevista concedida a Collider, el cineasta confesó que nunca imaginó la dimensión que tomaría aquel proyecto sobre el transatlántico que se hundió en 1912 tras colisionar contra un iceberg durante su travesía entre Southampton y Nueva York.
"Pensé que iba a ser como cualquier otra película que había hecho. Al igual que Alien, Terminator o Mentiras verdaderas, pensé que tendría su temporada en mi vida y luego se desvanecería y terminaría en una estantería”.
Nada más lejos, hace 20 años Cameron inició una aventura tanto cinematográfica como arqueológica que le acompañaría el resto de su vida, hasta hoy en día, en pos de recabar cuanta más información posible sobre los restos del Titanic. Así lo hizo también en la década de los 90 para realizar así una película fidedigna y acorde a lo ocurrido aquella fatídica noche de 1912.
“Titanic no sólo es infinitamente fascinante sino que tiende a absorberme de nuevo porque hay muchas preguntas sin respuesta. Te sientes como: ‘Si pudiéramos haber hecho un poco más en esa expedición, si pudiéramos haber tenido una inmersión más’. Siempre hay más que aprender en el sitio del naufragio, incluso ahora, después de que hemos analizado cerca del 60% del interior de la nave con nuestra robótica”.
El 20º aniversario de la película ganadora de 11 premios Oscar también ha servido como excusa para retroceder en el tiempo y revisar el análisis forense del naufragio y algunas historias humanas.
“Se podría pensar que con 703 testigos vivos de ese momento sería un desastre muy, muy bien descripto, pero de hecho, la mayoría de los sucesos del hundimiento ocurrieron después de que se apagaron las luces y mucha gente tenía informes contradictorios”.
Cameron se refirió al trabajo de recopilación de testimonios y la posterior puesta en común que él y su equipo llevaron a cabo: “Fue y es realmente interesante comprender no sólo quién murió y quién vivió sino cómo y por qué sucedió eso. Hay tantos aspectos que no son forenses, que tenían que ver con problemas de clase en ese momento, en lo que era su probabilidad de supervivencia en el barco”.
Pero si hay una figura que destaca por encima del resto y reclama el interés del cineasta, ésa es la del ingeniero Thomas Andrews. “Querría preguntar detalles a muchas personas diferentes, pero creo que con quien que estaría más interesado en hablar sería con Thomas Andrews”, señaló Cameron.
“Era el diseñador y siempre me ha fascinado lo que debió haber sido para él estar sobre el trabajo más grande de su vida, a una edad relativamente joven. No fue nada de lo que hizo mal lo que explica el fracaso de la nave. Su nave estaba lo suficientemente bien diseñada como para mantener viva a la gente el tiempo suficiente para llevarlos a los botes salvavidas”.
Ventajas tecnológicas
En cuanto a la tecnología que existe hoy en día relacionada con la exploración submarina, Cameron afirma que “ahora entendemos cómo lidiar con las presiones más profundas de los océanos del mundo. Es sólo una cuestión de financiación y perseverancia”.
Por eso, el director afirma que “si quisiéramos explorar el interior del Titanic u otro naufragio, podríamos hacerlo mejor ahora. No tengo la intención de hacerlo pero toda la tecnología y la innovación son iterativas. Se repite en la tecnología histórica del pasado”.