La obesidad infantil

La obesidad infantil

Si tomamos las últimas estadísticas, nos revelan que en los últimos 15 años hubo un aumento vertiginoso de niños con sobrepeso y obesidad.

En 2005, Fundación Argentina Daat (institución especializada en diabetes y obesidad), informaba que el crecimiento del sobrepeso y obesidad infantil era espectacular y preocupante, y constituía un desafío para  pediatras, especialistas, y entes gubernamentales, dada las graves patologías y secuelas que conlleva, como hipertensión arterial, diabetes tipo II, dislipidemias, trastornos hepáticos, cardíacos, osteoarticulares; sicológicos como lo es el bullying  (acoso físico o sicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros o vecinos, u otros individuos). Y actualmente el ciberbullying (por redes sociales).

Los números así lo indican: 26,2% en 2005, (Fundación Argentina Daat); 33 % en 2011  (Ministerio de Salud de Mendoza); 37% en 2016 (Ministerio de Salud y DGE).

El último trabajo elaborado por la OPS/OMS y la FAO ubica a la Argentina primera en el ranking regional de obesidad en niños menores de 5 años. Según ese informe, 9,9% de los niños menores de 5 años padecen el problema. Siguiendo luego Perú con 9,8%, y Chile con 9,5%.

En el programa preventivo de educación y tratamiento, incluimos un resumen de acciones a saber: "5 claves y 2 tips para frenar la obesidad infantil".
 
Primera clave: saber comprar

Saber comprar los alimentos es "saber leer" antes de adquirirlos. Es importante leer el rotulado nutricional para poder comprar. En la selección y compra, comienza nuestra educación alimentaria y familiar.

Además, se tendrá muy en cuenta, cada uno de los alimentos que vayan a adquirirse. Por calidad de origen y por composición. En este último caso fijarse bien cuánto representa una porción o unidad del alimento. Así podemos saber cuántos gramos de lípidos (grasas o crema o acetites) contiene; cuántos hidratos de carbonos (glucosa, azúcar, harinas, almidones, o sacáridos) tiene; y lo mismo con las proteínas. No excluyendo leer sus otros contenidos (excesiva sal, químicos, etc).

Todos los lácteos deben ser descremados; bajos en sal y azúcares. Colocar más verduras y frutas en nuestra selección de nutrientes para llevar a nuestra casa.

Las carnes rojas deben ser magras. Al comprar la carne, así sea molida, deberá solicitarse que se retire el exceso de grasa, y en pescados y pollos, igual. Es importante agregar en nuestra canasta de nutrientes, otros alimentos como los huevos y evitar alimentos que contengan grasas (mayonesa, salsa golf, manteca, margarina, cremas y otros). Respecto de las harinas y sus derivados alimenticios, hay que recordar que estos alimentos están producidos con harinas refinadas y harinas integrales.
 
Segunda clave: saber cocinar

El hábito de preparar la comida para la familia no debe tomarse como un trabajo exigente, sino una sensación inteligente. Hay que recordar, que en general a nuestros hijos les gusta participar en la elaboración, preparación y cocción de las comidas.

Es preferible elegir siempre platos frescos, a base de verduras, con pocos aderezos y salsas, descartando salsas a base de cremas, quesos duros y frituras, utilizando hierbas, especies aromáticas, limón y productos bajos en calorías. Debe reducirse la cantidad de sal, y eliminar los alimentos muy salados ya que favorecen la retención de líquidos. Así se empieza a descubrir la forma diferente de cocinar, con alimentos cada vez menos "industrializados", menos procesados.

Por ejemplo saber que la clara de huevo y la proteína de suero de la leche (llamada en inglés whey protein), son proteínas globulares de alto valor biológico extraídas del suero de leche, alimento no apto para alérgicos a la proteína de la leche (caseína).

Generalmente se dispone de productos concentrados, cuyos hidratos de carbono vienen en forma de lactosa y contienen 29-85% de proteínas de peso. Los otros son los aislados, procesados para eliminar la grasa y la lactosa, pero son generalmente más bajos en compuestos bioactivos. Los hidrolizados de suero de leche, contienen proteínas que son predigeridas y parcialmente hidrolizadas con el fin de que sean más fáciles de metabolizar.

A estas dos fuentes naturales de proteínas (aminoácidos), es importante decir que le siguen, en importancia, los pescados, el pollo y por último las carnes rojas. Las proteínas animales son de digestión lenta; las de vegetales, que son de buena absorción, tienen más bajo valor biológico porque contienen menor variedad y proporción de aminoácidos esenciales. Como excepción, se destaca la soja. Dentro de los vegetales, las fuentes proteicas mejores son las legumbres, los frutos secos y los cereales.
 
Tercera clave: las porciones

Los alimentos los sirve la madre, comensal por comensal, con porciones suficientes. Ordenadamente, y no se debe empezar a comer, si la mamá no terminó de servir en la mesa a cada uno. Las fuentes y ollas con alimentos (carnes, verduras, fideos y otros) no deben estar en la mesa. No debe haber el engaño de "si hoy me excedo, mañana ayuno". Mañana es otro día.

Por otra parte, hay que estimular la ingesta de agua, pues no solo previene la deshidratación, sino que asegura el buen funcionamiento de muchos sistemas orgánicos, como los riñones.

Cuarta clave: saber sazonar

Es importante que la dueña de casa tenga la indicación del buen manejo de elementos para sazonar los alimentos que se sirven. Azúcares, sal, aceites, cremas, y otros, que se usan a veces, en los alimentos para comer.

Sal o cloruro de sodio, es un elemento a tener muy en cuenta en la mesa familiar, preparación de alimentos, y en la cantidad que traen los nutrientes al comprarlos. El sodio principal elemento en cuestión, comercialmente, viene añadido a los alimentos en diferentes formas (cloruro de sodio, bicarbonato de sodio, benzoato de sodio, lactato de sodio, tartrato de sodio como sal de Seignette o sal de Rochelle). Pero, debe estimularse el bajo uso de la sal en las comidas.

Quinta clave: saber masticar

Se debe enseñar a los niños a comer despacio y masticar bien los alimentos que se llevan a la boca. Bocado a bocado. Bien triturados en la boca por los dientes y muelas, mezclados con la saliva; formar un bolo alimenticio y luego tragar. Es el paso más importante, en la ingestión de los alimentos. Educar que en la boca se realiza el primer acto de la digestión de nuestros nutrientes ingeridos.

Por último, dos tips, que son el agua y las actividades físicas. De todas las fuentes líquidas ofrecidas, el agua es la opción principal. Sin ella no alcanzaríamos a sobrevivir más de 12 días y es muy saludable tomar 2 litros de agua diarios.

La realización de una actividad física ayuda a los jóvenes a desarrollar un aparato locomotor y un sistema cardiovascular sanos; baja la ansiedad y levanta la autoestima; estimula a controlar el sistema neuromuscular y a mantener un peso corporal saludable. Debemos recordar, por ejemplo, que un minuto de caminata moderada, consume solo 3-4 kilocalorías.

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.

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