Se anunciaba como la jornada más cuyana de la 35° edición de la Tonada. Sin embargo, paradójicamente, la noche del sábado en Tunuyán fue la que reflejó de manera más tajante la apertura y heterogeneidad estética y musical que este festival ha adquirido con el paso del tiempo.
Y cerró bajo el mismo concepto, presentando a tres grandes artistas nacionales que han sabido explorar y reinventarse en distintos universos de la música. Patricia Sosa, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale hicieron gala de su ductilidad y calidad musical.
Cuando el reloj marcaba las 3, ya en la fría madrugada del domingo, miles de espectadores disfrutaron de “Agitando pañuelos”, un show que está de gira desde inicios del 2016.
También la del sábado fue la noche más convocante. Unas 40 mil personas recorrieron el predio junto al río durante toda la noche. Los puestos de comida estuvieron a pleno.
La Peña tonadera brilló como nunca: repleta de jóvenes, con su ambiente más cálido y familiar y una plataforma donde cientos de bailarines hicieron de las suyas. El escenario mayor tuvo picos con más de 35 mil almas reunidas en la olla.
Repertorio variopinto
La agenda se adaptó a todos los gustos. Subieron a escena grupos tonaderos por excelencia, como la nueva formación de los Trovadores de Cuyo y un ícono de la 'cuyanía' local, como es el poeta y cantor tunuyanino Chimica González.
Pero también lo hizo la murga La Buena Moza con su alegría uruguaya, el humorista Cacho Garay y el folclorista que con su estética andrógina supo abrirse un espacio en un ambiente tan tradicionalista, Nacho Silva.
La escasez de tonadas o propuestas netamente cuyanas en el cronograma hace tiempo que genera polémicas y discusiones. Este año no fue la excepción.
Si bien hubo muchos grupos cuyanos que mostraron que el folclore local "goza de buena salud", suscitó comentarios y reclamos la ausencia de clásicos como el dúo Nuevo Cuyo. En las redes sociales, la polémica continúa.
Mientras tanto el Festival viene dando cuentas de su integración y proyección. Los infaltables Pocho y Jorge Sosa fueron mezclando poemas y canciones, donde no faltó un poupurrí de temas bien cuyanos. Los tupungatinos Ecos del Valle, hicieron otro tanto al igual que Fabiana Montoya.
La Buena Moza convocó con su prosa actual y crítica. Una cuequita chilena sobre la compulsión popular de cruzar a realizar compras en el vecino país fue de lo más aplaudido.
Pero no faltaron temas contra la minería ni referencias a Donald Trump, a la playa de Luján y al ministro Jaime Correas con su famoso “ítem aula”.
Con un claro mensaje contra la violencia de género en las pantallas, el cantante estilo drag queen Nacho Silva volvió a seducir a los valletanos.
Ya había sido declarado la 'revelación' tonadera del año pasado y esta vez el público le ratificó su cariño. Con su lenguaje espontáneo, el ex de “Operación Triunfo” compartió los temas folclóricos "que más me pide la gente". Brilló con su repertorio y la gente lo ovacionó.
El broche
El espectáculo más esperado llegó a las 3 de la madrugada. "Estas fiestas populares hay que conservarlas como un tesoro, porque reúnen a las generaciones, porque las divisiones culturales, de religión, de pensamiento... aquí no tienen lugar", dijo Patricia Sosa, tras ser ovacionada por su potente versión de “Juana Azurduy”.
“A Monteros” (del recordado Chango Nieto) fue la canción que abrió este show; que Sosa, Vitale y Baglietto vienen llevando por el país desde los primeros días del 2016. Durante casi dos horas, propusieron un interesante repertorio que paseó por los temas clásicos del cancionero popular argentino.
También se permitieron celebrar 'como visitantes' a la música local. "Este es nuestro pequeño aporte respetuoso a este Festival de la Tonada", anunció Baglietto y se despachó con una exquisita versión de "Tonada de un viejo amor", de Eduardo Falú.
"Entre a mi pago sin golpear" (de Carlos Carabajal), "Zamba del carnaval" (de la genial dupla Leguizamón-Castilla), "El mensú" (de Ramón Ayala), "Al jardín de la República" (de los Hermanos Carmona), "La López Pereyra" y, por supuesto, "Agitando pañuelos" (de los Hermanos Ábalos) fueron de la movida.
Ambos cantantes bailaron, rieron y se lucieron en el escenario. Sosa emocionó a más de uno con su interpretación de "Alfonsina y el mar".
Mientras que Baglietto hizo lo propio con "Piedra y camino", donde estalló lo mejor de su voz y de su guitarra eléctrica. Cerca de las cinco, respondieron a los pedidos de bises con “Puente carretero” y se marcharon. La gente dejó, entonces, el predio sin muchas ganas.
