La niña wichi de 13 años que falleció el miércoles tras dar a luz a un bebé prematuro, que también murió, abrió una luz de alarma para ocuparse de las comunidades nativas de nuestro país. Olvidadas y desamparadas.
Remigia Agustina Acosta murió en el hospital "Julio C. Perrando" de Resistencia, Chaco, donde estaba internada, debido a un cuadro de desnutrición, neumonía e infección.
Y tras este deceso, el primer informe oficial desde el Ministerio de Salud de la provincia fue que el caso de la nena indígena "se trató de una situación de abuso" y que "durante el desarrollo de su embarazo no se efectuó ningún control" antes de ser internada con urgencia en el centro sanitario de Castelli de Chaco, donde murió.
Esto causó más indignación todavía porque se conoció la historia clínica de la niña con anteriores consultas por su embarazo.
Según se publicó en Clarín la niña fue tres veces al hospital más cercano a 300 kilómetros de El Sauzal, lugar donde vivia.
Allí nadie le informó sobre la legalidad del aborto (en caso de que la vida corra peligro), los médicos tampoco repararon en su problema de desnutrición ni se le brindó ayuda alimentaria ni económica. Y la menor fue devuelta a su casa en reiteradas ocasiones.
Con fechas del 14 de septiembre y el 10 de octubre se registran las visitas de Agustina al hospital Güemes de Castelli.
“Si la miraron y la mandaron de vuelta a su casa, estuvo mal. Faltaron alertas. Se debería haber comunicado enseguida su caso al organismo de protección de niñez- dice a Clarín Liliana Ensina, coordinadora del Programa Provincial de Salud Integral en la Adolescencia-.
Y agregó: "Las dos veces estuvo 24 horas en el hospital porque hubo que buscar un traductor. Y la asistente social que habló con ella dice que la niña dijo que quería el bebé porque tenía pareja”.
El viernes 2 de noviembre una pediatra hizo que la trasladaran al Perrando. Pero ya no había mucho más que hacer. La niña murió y su bebé también.
Un conmovedor comunicado que nos hace abrir los ojos ante tremendo olvido
Después de este caso que conmovió a todo el país, las Mujeres de la Comisión Femenina del Partido del Trabajo y del Pueblo y el Partido Comunista Revolucionario escribieron un comunicado luego de hablar con el abuelo de la niña.
Estas mujeres se encontraron en el hospital con el hombre, quien explicó que la nena no tenía madre porque murió, ni padre porque la abandonó.
“Agustina: el nombre de la niña wichí que no tuvo derecho a la vida”, se titula el comunicado, que dice: “No sabemos por qué no trascendió el nombre de la niña wichí de 13 años desnutrida, que falleció tras una cesárea de un embarazo de 30 semanas. Quizás para proteger a la niña, o para que la olvidemos lo más rápido posible. Olvidar que hay un pueblo originario que abarca más de la mitad de la provincia, completamente abandonado, y que ayer se cobró la vida de una niña y la pérdida de un embarazo. Agustina vivía en El Sauzal, un paraje de El Impenetrable donde viven comunidades Wichi. Allí no hay agua potable, no hay médicos en el centro de asistencia y los caminos para llegar a los parajes no permiten el acceso cuando llueve. Las comunidades recorren kilómetros a pie cuando necesitan de asistencia”.
“Todos sus derechos fueron vulnerados. El derecho a una alimentación sana, el derecho al acceso a la salud, el derecho a la información, el derecho a la educación, el derecho a la Educación Sexual Integral, el derecho al protocolo IlE (Interrupción Legal del embarazo). El protocolo de ILE le correspondía porque claramente su vida estaba en riesgo. Esta situación es una expresión de cómo se vive en El Impenetrable chaqueño, donde se debe tramitar burocrática y diariamente, los ataúdes para los muertos por distintas enfermedades como TBC, chagas, anemia, neumonía, todas consecuencia de la desnutrición y condiciones de vida. Todas son consecuencia de las políticas de hambre”, agrega.
Las mujeres cuentan que su abuelo es Libertario Acosta, quien dio detalles de las internaciones previas a la muerte de la nena. Y comentó que Agustina vivía con él y su abuela y su hermanita de 4 años hasta que supo de su embarazo. Depsués decidió vivir con un joven con el que mantenía una relación desde hacía tiempo. Libertario contó que la nena se pasaba a pan y té.
En el comunicado se acusa a “el gobernador (Domingo) Peppo y el intendente (Jorge) Capitanich, son responsables de la muerte de la niña de El Impenetrable en el Chaco. Es su responsabilidad que reine la miseria, el sometimiento sexual y todo sometimiento. Son los gobiernos que bloquean el aborto legal y la atención en salud, los promotores de la miseria, los que deben ser sentados en el banquillo de los acusados- denunció Vanina Biasi dirigente del Plenario de Trabajadoras-. Exigimos justicia y denunciamos cualquier intento para evadir la responsabilidad de los verdaderos culpables que servirá para perpetuar esas condiciones miserables de vida que se sostienen en el Sauzal”.
Chaco tiene una de las tasas más altas del país en embarazo adolescente. Y duplica la media de madres analfabetas. Esta niña wichí no sabía leer ni escribir.