La nena de 10 años, que fue asesinada a golpes y calcinada tras un presunto ataque sexual en una casa de la ciudad bonaerense de Lobos, murió a raíz de las quemaduras que dañaron sus órganos vitales.
Por el femicidio quedó detenido su primo de 22 años, quien confesó el hecho ante un familiar, informaron fuentes policiales y judiciales.
Los peritos que practicaron la autopsia determinaron que la niña sufrió quemaduras en la zona genital, lo que borró las potenciales pruebas que podían obtenerse para acreditar si se consumó una violación.
El informe preliminar también reveló que la niña presentaba fuertes traumatismos de cráneo por una serie de golpes recibidos en la cabeza y también en el rostro.
A su vez, los médicos forenses determinaron que había signos de defensa en los miembros superiores de la niña, otro indicio que refuerza la hipótesis del abuso sexual como móvil del crimen y que coincide con los rasguños que los peritos encontraron en el cuerpo del ahora acusado, añadió la fuente judicial.
Paralelamente, en la escena del crimen, los peritos no hallaron signos de la presencia de una tercera persona, por lo que todas las sospechas de los investigadores apuntan únicamente al detenido.
En la instrucción de la causa interviene también personal de la Ayudantía Fiscal de Lobos, a cargo de Gisela Dupraz.
El crimen de Guadalupe generó consternación en la comunidad de Lobos, donde residen unos 32 mil habitantes, quienes reclamaron justicia a través de las redes sociales, exigieron el máximo castigo al responsable y, además, recordaron que el acusado de matar a esta niña reside a tan solo dos cuadras del domicilio de Haydee García (88), quien fue ahorcada y quemada en marzo de 2019 en las afueras de esa ciudad.
Según las fuentes, todo comenzó anoche cuando la madre de la niña se presentó en la comisaría de Lobos, ubicada unos 98 kilómetros al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para denunciar que su hija Guadalupe no había regresado a su casa.
La denunciante explicó a los pesquisas que Olivera había pasado por su casa, situada en la calle Angueira y 237, de Lobos, para llevar a su hija a un cumpleaños y que ella le dio su consentimiento para que fuera.
Al parecer, el hombre debía pasar a buscar por la casa de otro familiar a su propia hija, de una edad similar a la de Guadalupe, y llevar a ambas niñas juntas a la fiesta de cumpleaños, lo que nunca se concretó, detalló una fuente judicial con acceso al expediente.
Mientras la Policía inició la búsqueda de Guadalupe en base a los datos aportados por la madre, Oliveira se presentó en la casa de un familiar en la vecina ciudad de Roque Pérez, con una crisis nerviosa.
"Me mande una cagada, por la nena no pude hacer nada", dijo el ahora imputado a uno de sus familiares.