En Luzuriaga, más precisamente en el asentamiento Néstor Kirchner, ocurrió días atrás una desgracia: a una familia se le quemó íntegramente su vivienda. Valeria, la dueña de casa, y sus dos hijos, apelan ahora a la solidaridad de los mendocinos para reconstruirla.
La familia ha recibido por ahora ayuda de un comedor al que concurre tres veces a alimentarse, ya que lo necesitan, pero no es suficiente. Y como por experiencia se sabe que los mendocinos son prestos a colaborar, desde el comedor Pancitas Llenas solicitan ayuda tanto para la mencionada familia como para ellos.
La que ayuda a ayudar
Soledad Lencina es la laboriosa y generosa mujer que tiene a su cargo el comedor que también está ubicado en la citada villa maipucina.
Es justamente en su casa adonde funciona este espacio que tres veces por semana reparte más de 200 viandas para la gente que más lo necesita en esa zona. También ella es la que se encarga de relatar a Los Andes sobre los hechos que terminaron con la casa de Valeria.
"Se le prendió fuego la vivienda porque hizo cortocircuito con un ladrillo con el que se calefaccionaba y cocinaba la familia. Como pueden imaginar, no tienen cocina y hacían la comida valiéndose de eso. Pero se le quemó todo. Los vecinos los están ayudando y les pusieron una pared de nylon, pero le faltan frazadas, una cocina, una mesa y ropa para ella y sus hijos, que tienen 7 y 13 años", narró Soledad.
Asimismo, la titular de Pancitas Llenas -que también es una mujer con pocos recursos materiales pero de un inmenso corazón- contó que ella misma le llevó una estufa a la familia de Valeria cuando se enteró de que, luego del incendio y ante el frío invernal, se estaban calentando con un bracero. El peligro, nuevamente era inminente.
"Ellos viven en estado muy precario, lamentablemente. Yo los ayudo como puedo. Suelen ir los martes, jueves y sábados (que son los tres días en los que abre el comedor) a retirar la vianda al mediodía. Y a la tarde van por la copa de leche", comentó Soledad, que además se hace cargo de sus propios cinco hijos (de 3, 8, 12, 14 y 16 años).
Finalmente, la encargada de Pancitas Llenas contó que la situación económica compleja que vive la gente del Néstor Kirchner se ha visto más agravada aún con la pandemia. "Abrimos tres veces por semana y cada día brindamos unas muchas viandas. Ahora vienen familias enteras y hasta se llevan ropa de verano aún con el frío que hace. Por suerte a mí me dieron el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y pude comprar una garrafa y algo de comida para el comedor. Se me hace difícil al tener yo mismo chicos en edad escolar, pero hago lo que puedo para ayudar a los demás", concluyó.
Cómo ayudar
Para el comedor y para la familia. Quienes deseen colaborar con el Comedor Pancitas Llenas y/o con la familia de Valeria, pueden hacerlo contactándose por WhatsApp con Soledad Lencina al 2613 22-7555. "Para el comedor todo alimento y ropa que puedan donar, son bienvenidos. Para la familia de Valeria también, ropa, frazadas, cocina, una mesa. En lo que puedan ayudar, sirve", solicitó Soledad Lencina.