La salud de Roxana Sosa (37), la mujer apuñalada el lunes de la semana pasada en Las Heras, ha mejorado considerablemente desde que llegó agonizando a la terapia intensiva del hospital Lagomaggiore. De continuar su evolución, mañana pasará a una sala común, donde seguirá su internación.
Ese lunes, la mujer que es enfermera del hospital Español, llegó a la unidad de cuidados intensivos del Lagomaggiore desde su casa, ubicada en el complejo de departamentos Portal Alto Las Heras. Tenía cinco heridas de arma blanca: dos en el pecho, una en el abdomen, otra en la espalda y la última en una de sus piernas.
El acusado del salvaje ataque es su esposo, el jefe de residentes de la UTI del hospital Central, Fernando Fernández, quien fue imputado por intento de femicidio y permanece en el pabellón de detenidos del hospital neuropsiquiátrico El Sauce.
El jueves pasado, la mujer salió del coma inducido y comenzó a mostrar signos de mejoría y conciencia parcial. La evolución continuó y esta mañana fue "destubada", confirmó a Los Andes el director ejecutivo del hospital Lagomaggiore, Fernando Vera Vázquez.
“La paciente mejoró considerablemente su estado de salud, teniendo en cuenta su estado crítico inicial”, indicó el funcionario.
Al retirarle los tubos de oxígeno que la asistían, Sosa comenzó a ingerir alimentos normalmente desde esta mañana.
Los médicos que la asisten estiman que en 24 horas pasará a una sala común, aunque eso "depende de la evolución de la conexión al neumotórax que se le realizó hoy", según adelantó Vera Vázquez.