La muerte del cisne

Fue integrante del ballet Bolshoi y una de las figuras más importantes de la danza clásica de todos los tiempos. Murió en Munich, Alemania, a los 89 años, víctima de un paro cardíaco.

La muerte del cisne
La muerte del cisne

La noticia fue difundida por el director general del Bolshoi, Vladimir Urin, a la cadena de televisión Rossiya-24. “Ella murió de un paro cardíaco. Los médicos lucharon para salvarla, pero no pudieron hacer nada”, dijo Urin a la cadena de TV rusa, al tiempo que adelantó que los restos de Plisétskaya serían trasladados en las próximas horas a Moscú para ser inhumados.

Por su parte el servicio de prensa del Kremlin dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, envió sentidas condolencias a los familiares y allegados de la célebre artista.

Plisétskaya había nacido el 20 de noviembre de 1925 en Moscú, y su esposo, el compositor Rodion Shchedrin, junto a otras personalidades de la música clásica, estaban preparando una gran función de homenaje para cuando cumpliera sus 90 años dentro de seis meses.

Nacida en épocas de la Unión Soviética, Plisétskaya tuvo una infancia con un ambiente familiar difícil, ya que su padre Mijaíl Plisetski, de origen judío, fue ejecutado por orden de Josef Stalin en 1938, y su madre la actriz Rachel Messerer, también judía, fue deportada con su hermano a un gulag (campo de trabajos forzados).

Había ingresado al mundo del ballet con sólo tres años de edad, en la Escuela de Danza de Moscú y recibió la influencia de sus tíos Asaf y Sulamith Messerer, ambos bailarines del Bolshoi, a cuya compañía se unió Plisétskaya en 1943, convirtiéndose en primera bailarina con sólo 18 años, cuando inició su carrera profesional interpretando “La muerte del cisne”.

Después de padecer años de veto gubernamental por sus antecedentes familiares, fue autorizada a emprender giras internacionales durante las que bailó en los principales teatros de Estados Unidos, Francia, Reino Unido e Italia (entre muchos otros) siendo incluso en éste último directora del Ballet de la Ópera de Roma.

También deslumbró en la Argentina donde actuó con gran éxito de crítica y público en el Teatro Colón entre 1975 y 1976.

Entre sus logros se cuenta al de haberse atrevido a romper las rutinas soviéticas de ballet, incorporando danza moderna y trabajando con coreógrafos como Alberto Alonso, Maurice Béjart y Roland Petit, que crearon varias piezas para ella como “Carmen”, “Isadora” y “La rose malade”.

Cuando Plisetskaya cumplió 80 años, en 2005, se celebró en Moscú una semana completa de actividades relativas a la danza y el arte en homenaje a su trayectoria.

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