Completar una escultura le lleva a Daniel Jimenez varios meses: primero se trabaja la obra en arcilla y luego se la cubre con yeso; más tarde se abre y luego de quitar la arcilla, el molde vuelve a unirse y se hace el ‘vaciado’ con cemento, marmolina o el material definitivo de la escultura.
En la labor artística Jimenez trabaja solo y recién en las etapas finales lo ayuda un colaborador. Cualquier proyecto demanda al menos tres meses de trabajo, aunque a veces la obra queda trunca en algún punto porque quien lo encargó perdió el interés.
“A fines de 2010, la comuna de San Martín me encargó una escultura de Néstor Kirchner”, recuerda Jimenez: “Era un proyecto ambicioso, una obra de cuatro metros y medio que estaría en los jardines del centro de congresos y exposiciones que se construyó en el parque Agnesi”.
El artista hizo un diseño en el que la figura del ex presidente surgía caminando del abrazo de dos enormes manos, que representaban al pueblo.
“Era tan grande el proyecto que hasta tuve que modificar el techo de este taller para que entrara”, cuenta el escultor y sigue: “Alcancé a hacer una de esas manos que simbolizaban al pueblo, pero después todo se enfrió, el municipio perdió el interés por la obra y terminé por abandonar el proyecto”, dice.
Hoy, el centro de congresos y exposiciones de San Martín está prácticamente terminado y se llama Francisco, en honor al Papa y también al Libertador de América, San Martín.