La última semana, las cotizaciones del dólar en nuestro país experimentaron cambios que lo llevaron a un ascenso vertiginoso, que se aceleró entre lunes y martes, cuando la divisa marcó $ 15,10 en el mercado informal.
Varias son las razones que pueden explicar este recorrido alcista en tan poco tiempo y, entre ellas, confluyen argumentos económicos y políticos.
Entre los primeros se cuenta la decisión del gobierno de tratar de bajar las tasas de interés como señal para que se reactive la economía que, en general, está estancada y donde rubros como el consumo no parecen reaccionar pese a los aumentos salariales y al pago del aguinaldo.
Pero quedó demostrada la impericia de los funcionarios ya que, al bajar la tasa, muchos operadores no se sintieron estimulados a mantenerse en el sistema financiero y comenzaron a dolarizar sus carteras de inversión, aprovechando que el valor del blue estaba barato.
Las operaciones se canalizaban a través del mercado de bonos y ahí apareció, otra vez, la poca inteligencia del ministro Kicillof, quien anunció que mandaría a Gendarmería contra los que operaban de esa manera que, a su vez, es totalmente legal.
Estas restricciones dieron pie a los especuladores, que vieron una razón más que válida para subir los precios y comenzar con la escalada alcista.
Entre tanto, el dólar en el mundo comenzó a subir nuevamente, ante los anuncios de la Reserva Federal de iniciar el proceso de subir las tasas desde setiembre. Esto ha devaluado al real hasta 3,17 y lo mismo pasa con el peso chileno, donde llegó a 654 pesos y se encamina firme hasta los 700 pesos.
Pero el domingo hubo elecciones en Buenos Aires y el candidato del Pro, Rodríguez Larreta, ganó por un escaso margen del 3%. Entre los operadores hubo dos lecturas.
Una, que dice que Macri no podrá ganar las generales habiendo conseguido tan exiguo margen en su distrito más fuerte. Otros, en cambio, señalan el cambio de discurso del mismo Macri del domingo y sostienen que no se animará a hacer los cambios que el mercado cree imprescindibles.
Bajo cualquiera de las dos hipótesis, los operadores se volcaron en forma masiva al mercado del blue y lo hicieron saltar hasta los $ 15,10 del martes, aunque tuvo un leve retroceso ayer. La decisión de dolarizar carteras también se notó en algunos pequeños ahorristas que, accediendo a comprar dólar oficial, esta vez decidieron guardarse los billetes y no volcaron todo al mercado.
Gran demanda y oferta más que restringida hicieron un cóctel explosivo que no se puede desactivar sólo con declaraciones de funcionarios denunciando conspiraciones.
El ministro deberá tomar medidas para controlar esto pero será muy difícil ya que todos vienen tomando nota del déficit fiscal creciente y la emisión monetaria que sigue aumentando. Ya algunos hacen números hipotéticos suponiendo emisión creciente, caída de las reservas y la necesidad de abrir las exportaciones a fin de año.
Ya nadie tiene seguridades acerca de quién ganará las elecciones y todos tratan de cubrirse, esperando el peor escenario, que sería que gane alguien que tenga miedo de tomar las decisiones necesarias. Antes, el que no figuraba en la lista era Macri, pero ahora ya lo colocaron y no queda ningún candidato que les dé esperanzas. La incertidumbre, así, termina generando pánico y ése es el precio del dólar actual y futuro.