Ya hace tiempo que no tiene grandes apariciones en el cine o la televisión, pero la diva de Hollywood británica Joan Collins, con sus rizos negros, sus labios rojo intenso y su estrecho y brillante vestido, posó con todo el glamour en los Oscar de este año. El 23 de mayo cumplirá 85 años, pero no para de trabajar.
En la noche de los Oscar, en marzo, se la vio en las fiestas más importantes, la de Elton John y de la Vanity Fair. En abril acudió la actriz en Beverly Hills a una gala benéfica con su quinto marido, Percy Gibson, de 53 años. Y poco antes se supo que Collins actuaría en la octava temporada de "American Horror Story" en el papel de una abuela.
Y eso no es todo: en septiembre irá de gira por Reino Unido con su espectáculo "Unscripted". En las diez paradas planeadas, esta "verdadera leyenda de Hollywood" hablará de su vida y de su carrera, según la descripción del show.
Collins adora contar anécdotas de su vida: como cuando Bette Davis le dio una patada en el plató de rodaje; como cuando Marlon Brando se abalanzó sobre el helado de su refrigerador; cuando de joven los estudios le obligaron a perder unos kilos.
Habla sobre su disputa con su rival en "Dinastía" Linda Evans, sobre sus cinco maridos y sobre cómo en 1960 perdió contra Elizabeth Taylor en el reparto del papel principal de "Cleopatra".
No tiene pelos en la lengua, al igual que su personaje más conocido. Collins se hizo famosa en todo el mundo a principios de los 80 como la diabólica Alexis Carrington. Hizo historia en la serie "Dinastía" como una infame ex mujer que le hacía la vida imposible a su rubia sucesora, Krystle (Linda Evans). Interpretó ese papel durante ocho años y en 1983 se llevó el Globo de Oro a la mejor actriz en una serie de drama.
Como hija de un productor de teatro, Joan Henrietta Collins entró pronto en contacto con el mundo del espectáculo en Londres y debutó con solo nueve años.
En 1955 actuó en la película estadounidense "Tierra de faraones". y en las primeras tres décadas de su carrera rodó más de 50 películas junto a estrellas como Richard Burton, Harry Belafonte, Gregory Peck y Paul Newman.
Esta convencida monárquica fue reconocida por la reina de Inglaterra como dama comandante, por lo que es prácticamente parte de la nobleza. Ese mismo año interpretó a la dura madre de la reina ficticia Helena (Elizabeth Hurley) en la serie estadounidense "The royals". En cuanto Collins abrió la boca, quedó claro quién llevaba las riendas.
Tras cuatro matrimonios, entre ellos uno breve con el actor británico Maxwell Reed y otro con el cantante sueco Peter Holm, esta madre de tres hijos lleva más de 15 años casada con Percy Gibson, un productor de teatro peruano al que le dio el "sí quiero" en 2002.
"Percy es un hombre increiblemente maravilloso, es muy cariñoso y atento", dijo Collins recientemente en una entrevista con la revista "Hello". No siempre piensan lo mismo, contó, pero siempre se apoyan el uno al otro. Ese es el secreto de un buen matrimonio, explicó la actriz. Ambos posaron para la publicación en su lujoso apartamento en Los Angeles.
Collins prefiere mantener alejados a los demás hombres, y también mujeres. Aborrece "un abrazo fuerte seguido de un húmedo beso en la mejilla de completos desconocidos", según escribió en marzo en un mordaz artículo para el "Daily Mail". Ni siquiera le gusta estrechar la mano a la gente por miedo a los gérmenes.
Por eso, el movimiento "#MeToo", con la norma de no acercarse demasiado a los compañeros, le habría venido muy bien, bromeó. Algunos compañeros pusieron "realmente a prueba" su sistema inmunitario con sus acercamientos no deseados, señaló mencionando algunos nombres. "Si no devuelvo sus besos, abrazos y apretones de manos, no significa que no me gusten. Significa simplemente que no quiero sus bacterias", aclaró a los lectores.