En Mendoza 1.000 estudiantes por año ingresan a la carrera docente y sólo la mitad termina

Es la cantidad que ingresan a los 29 Institutos de formación de docentes primarios que hay en la provincia y solo el 50% se recibe.

En Mendoza 1.000 estudiantes por año ingresan a la carrera docente y sólo la mitad termina
En Mendoza 1.000 estudiantes por año ingresan a la carrera docente y sólo la mitad termina

Un test realizado on line a futuros ingresantes al nivel superior de enseñanza, para medir de las preferencias de los estudiantes en materia de formación, reveló que de 12.500 de todo el país -con edades de 17 a 22 años- que respondieron el test, 18% demostró un perfil acorde a la docencia, pero sólo 10% manifestó que "consideraría la carrera como una opción".

De hecho, en el mapa nacional se muestra que en provincias como Neuquén, Chubut y Santa Cruz los estudiantes no eligen la carrera docente pese a tener habilidades. En tanto que Salta, Tucumán, La Pampa, Capital Federal y el norte de Buenos Aires son lugares donde la elección para ser maestro/a es una posibilidad.

En ese contexto, Mendoza se sitúa en el medio de ambos extremos: sólo si se toman como referencia los datos de la Dirección de Educación Superior de la DGE, se estima que cada año al menos mil personas en Mendoza inician sus estudios en alguno de los 29 institutos de formación con los que cuenta la provincia, para ser docente de la escuela primaria.

De ellos, se estima que la mitad no alcanza a cumplir la carrera en los cuatro años que establece el plan de estudios. Obligaciones laborales y dificultades en materias clave, como Lengua y Matemática, encabezan la lista de motivos por los cuales el sueño de recibirse se extiende a más de cinco o seis años.

Andrea Calvo, regente del Instituto de Formación Docente y Técnica N° 9002 Tomás Godoy Cruz (que funciona en la escuela Normal), destaca que la baja en la cantidad de alumnos comienza a notarse a partir de tercer año.

Desde su punto de vista, la demanda de la carrera docente en esta institución se ha mantenido a través del tiempo y de hecho, de las 400 a 500 personas que se inscriben para estudiar el Profesorado de Educación Primaria ingresan 160, que es el total del cupo disponible.

La migración de alumnos/as que vienen de institutos privados es uno de los factores que contribuyen a aumentar la población que busca un lugar en el establecimiento.

En los turnos de la mañana y la tarde, explica Calvo, se plantean diferentes realidades: mientras que en el horario de mañana cursan en su mayoría alumnas y alumnos muy jóvenes recién egresados de las escuelas secundarias de la provincia, en el turno vespertino asisten principalmente mujeres con hijos o bien, con un trabajo en horario de mañana y tarde.

Esta situación se da en un contexto especial para los institutos de formación docente, ya que -como publicó el miércoles Los Andes-, el Gobierno provincial confirmó que caerán los subsidios a los institutos privados que no se enfoquen en las carreras consideradas "estratégicas", como el profesorado de Primaria y también los de Matemática, Inglés y Física, además de carreras técnicas como Enfermería, Enología y Obras Viales.

Salida laboral

En total, explica María Cristina Martínez, coordinadora del Profesorado de Educación Primaria de la institución ubicada en Rivadavia y Mitre de Ciudad, los estudiantes para ser maestro o maestra de grado deben aprobar 46 materias, incluidas las prácticas docentes.

“Recibimos a estudiantes de toda la provincia y en los últimos años hemos notado un aumento en la demanda por parte de quienes vienen del sector privado, ya sea porque el establecimiento cerró o por cuestiones económicas”, detalla Martínez.

En el área de Nivel Inicial,  el interés de las jóvenes que necesitan una estabilidad laboral y buscan en la docencia una respuesta, también es notorio. Claro que el aspecto vocacional siempre está presente entre los comentarios.

Celeste Palacios (33) es un ejemplo. En uno de los asientos de la entrada del instituto, cuenta que siempre le ha gustado trabajar con niños y cuidarlos.

"Me encantaría estar al frente de un aula; es un objetivo por el que me esfuerzo porque además quiero sentirme útil para alguien más", confiesa la joven que este día ha asistido al establecimiento acompañada de su hija de 11 años.

"Por ahora estoy recursando dos materias de segundo año, Matemática e Historia de la Política y la Educación", detalla. Otras historias, como la de Alcira Calle , dan cuenta del gran esfuerzo que hace la mayoría de los/las estudiantes para lograr su título y estar luego al frente de un aula.

Uno de los motivos a los que las autoridades atribuyen el hecho de que buena parte deja a la mitad la carrera o demora más en recibirse, tiene que ver con la posibilidad de dar clases una vez que llegan a tercer año. “Cuando empiezan a trabajar en escuelas tienen menos tiempo para dedicar al estudio”, destacan.

Alcira, un ejemplo de esfuerzo

Alcira Calle (43) es una de las estudiantes que sueña con lograr su título para ejercer como maestra. Hace poco comenzó a cursar las materias de tercer año en el Instituto de Formación Docente y Técnica N° 9002, Tomás Godoy Cruz. Por las mañanas trabaja en tareas de servicio doméstico en casas particulares y una vez que cumple su jornada laboral, se preparara y toma el colectivo que la lleva de Bermejo hasta Ciudad.

Es mamá de tres hijos en edad escolar, los cría sola y según confiesa, en su hogar siempre hay niños que necesitan que alguien lo guíe, por ejemplo, al momento de hacer sus deberes escolares. “Me gusta ayudarlos a hacer las tareas. Además uno de mis chicos es hiperactivo y tiene algunos trastornos de aprendizaje, por eso quise estudiar y ayudarlo”, cuenta la mujer mientras sostiene su carpeta en el ingreso al instituto.

Con tono agitado por las propias corridas de la jornada, Alcira cuenta que para ella, “estudiar es un desafío complejo pero que vale la pena, tanto para aprender como para lograr un salida laboral más favorable a la familia”.

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