Sembrar en los alumnos el sentimiento patriótico desde pequeños y formarlos en el amor por la libertad y la defensa de los derechos humanos. Generar instancias de reflexión dentro del aula para concientizarlos sobre problemáticas que se viven a diario en el actual contexto.
Enseñarles a cuidar el ambiente en una provincia caracterizada por la escasez del recurso hídrico y, al mismo tiempo, anclarlos en el pasado y el presente de Mendoza y el país.
La lista de objetivos que se proponen alcanzar las autoridades en función de las fechas especiales programadas en el calendario escolar 2015 es variada y, de hecho, para este ciclo que comenzará en menos de un mes, está previsto un nutrido universo de actividades.
De los 183 días de clase programados para los estudiantes de la primaria (para la secundaria el total de jornadas será de 178), 47 serán motivo de actos, conmemoraciones, clases alusivas y actividades especiales dentro de los colegios, en todos los niveles.
A esas fechas -que tienen un orden de prioridad respecto del grado de análisis que requerirán por parte de cada comunidad educativa- se suman otras 45 efemérides ambientales que fueron incorporadas al calendario como una manera de fomentar en los estudiantes su capacidad para comprender la importancia de cuidar el entorno local. En esos casos, cada escuela deberá incorporar carteleras alusivas y propiciar instancias de reflexión.
José Luis Martiarena, experto en Educación y psicopedagogo, considera que, cuando menos, la incorporación de 92 fechas especiales en la programación escolar de este año es exagerada. “No creo que no sean fechas importantes, pero hay que cuidar que las festividades no se transformen en una seguidilla de temas sin secuencia”, recomienda y hace hincapié en que no se deben olvidar los contenidos.
Para organizar las actividades que requerirán cada fecha, la Dirección General de Escuelas (DGE) propone tres instancias o formas diferentes, según su trascendencia.
Así, en la forma “uno” que implica la realización de actos formales, presididos por las banderas de ceremonia, aparecen cinco conmemoraciones: el 25 de mayo, el 20 de junio, el 9 de julio, el 17 de agosto y el 11 de setiembre (ver info). Según la disposición oficial, “la organización de las actividades debe respetar el normal desarrollo de las tareas habituales de enseñanza, aprendizaje y evaluación”.
Por otro lado, tanto la puesta en escena como así también el desarrollo de los actos, deberán ocupar de manera “alternativa o simultáneamente a distintos grupos de docentes y estudiantes”.
Desde el punto de vista de los padres, cuya participación es crucial en estas instancias, muchas veces el tiempo que los chicos pasan en el colegio se ocupa en estas actividades. “Sucede que por los ensayos pierden horas de clase, se dispersan y en el colegio hay un clima más laxo o festivo”, describe Verónica (35), mamá de dos niñas que asisten a la primaria.
En el caso de que el dictado de las clases quede relegado (por diferentes motivos, entre ellos la concreción de numerosas actividades ligadas a las fechas especiales), la sobrecarga impacta en los últimos meses del ciclo, detalló la mujer.
Así, al agotamiento que comparten padres e hijos a esa altura del ciclo, se suma la necesidad de redoblar esfuerzos para poder rendir con éxito los últimos trimestrales. “Los niños llegan muy cansados y todo cuesta más. Es ahí cuando uno lamenta no haber aprovechado mejor la etapa de mejor rendimiento”, expresa Verónica.
Eugenia López (31), por su parte, considera que en realidad las celebraciones son una oportunidad para disfrutar y compartir con los hijos, además de enseñarles aspectos importantes de la historia y la cultura nacional.
“Me gusta cada vez que tengo que prepararles los disfraces o armar maquetas y afiches con mis hijas. No me resulta desgastante y creo que son maneras más dinámicas de enseñarles determinados temas o momentos trascendentales”, opina.
No descuidar los contenidos
El psicopedagogo Alejandro Castro Santander destaca que el hecho de celebrar dentro de las instituciones escolares hechos tan relevantes como la Revolución de Mayo, la Declaración d e la Independencia o el Día de la Bandera, es de vital importancia. "Son fechas muy importantes en la historia del país y hay que hacerlas respetar", destaca el especialista en educación.
Por su parte, la “forma 2” mencionada en el calendario establece el dictado de clases alusivas al tema por el cual se conmemora la fecha. Dentro de cada escuela, las autoridades también deberán organizar diferentes actividades relacionadas, que ayuden a los alumnos a reforzar los conocimientos relativos al día que se conmemora.
En ese grupo se incluyen once fechas especiales. Las primeras cinco son el 24 de marzo, el 2 de abril, el 1 de mayo, el 25 de julio y el 12 de octubre. En tanto que las restantes son el 10 de junio, el 24 de agosto, el 8 y el 17 de setiembre y el 10 y 20 de noviembre.
Con registro en carpetas y murales informativos dentro de la institución se recordarán días que han marcado un cambio de rumbo en diferentes aspectos de la vida social y económica de Mendoza, el país y el mundo.
Ahora bien. Que dentro de las aulas los docentes se tomen un momento para reflexionar con los alumnos acerca de los temas que rodean a las diversas festividades, no implica que esto deba ganar terreno por sobre los contenidos.
Para Castro Santander es aceptable que se explique a los chicos y se los interiorice sobre determinado tema. “Pero cada fecha debe tener una prioridad y es tarea del docente ir graduándolo”, insistió el psicopedagogo e investigador y recomendó que debe “haber prudencia y sentido de la oportunidad al abordar determinados temas”.
En ese aspecto, los directivos deben supervisar la forma en que se abordan las diversas problemáticas relativas a las fechas especiales como así también el tiempo que se dedica a la reflexión.
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