La mitad de los adultos mayores de Mendoza vive en hogares multigeneracionales, es decir que conviven con familiares o allegados de diferentes edades. Concretamente, los últimos datos estadísticos disponibles expresan que 51% de los mayores de 60 años viven de este modo. Se trata de 53,2% de varones y 48,1% de las mujeres, según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas.
Por elección o no tanto, comparten el techo generalmente con los hijos y muy usualmente también con nietos. La situación puede tener aspectos positivos y negativos: en las diferentes etapas de la vida los tiempos, los ritmos, las necesidades e intereses son otros. Tal situación puede transformar la convivencia en algo complicado o resultar enriquecedor para las diferentes generaciones.
Compartir, acompañar, sostener, son quizás algunas de las palabras claves para definir lo que puede suceder en esos entornos. Sin embargo, también pueden ser propicios para abusos, conflictos, invasión, la apropiación de espacios, recursos y derechos. En definitiva, es complejo y dependerá del lugar que el adulto mayor ocupe y se le atribuya en cada familia.
Una experiencia positiva
Cintia se fue a vivir con sus padres hace 7 años por cuestiones económicas. Por aquel entonces estaba con su pareja y sus dos hijos (hoy de 7 y 12 años), luego se separó y se quedó allí. "La relación es preciosa, somos muy unidos y estamos siempre incondicionales para el otro. Mis hijos ni hablar lo que aman a su abuela. Mi papá falleció hace dos años y por ese duro momento aprendieron a estrujar el tiempo compartido con ella", relató.
La mujer contó que el mayor de sus hijos todas las noches sale a caminar con su abuela porque ella necesita realizar caminatas por su salud y él es el encargado de acompañarla ya que con su nieto ella se siente más entusiasmada: le cuenta sus cosas y para ella es muy importante ese momento nocturno con el niño.
"No podría decirte algo malo de la convivencia. Yo disfruto mucho de las charlas y mates con ella y es hermoso el tiempo que pasamos juntos. Obvio que ellos le enseñan todo en cuanto a la tecnología; mi hijo mayor le instaló Facebook y le ayuda a buscar información por su enfermedad", agregó.
Cintia subrayó que su mamá es quien les da todas las mañas porque sus otros abuelos están lejos y reconoció que ese clima en la casa es posible "porque mi madre es una santa, una abuela dedicada, atenta y muy cariñosa".
Crisis
Aldo Sáez, director de Adultos Mayores de la provincia, dijo que son muchos en esta situación por diversas causas. Destacó que en situaciones de crisis socioeconómica, como la actual, el fenómeno se ve favorecido.
Pueden darse diversas circunstancias por las que esto sucede. Una es que la persona mayor prefiera no vivir sola o que requiera acompañamiento. En esos casos las familias los llevan a vivir consigo como una mejor opción a las residencias.
Pero, por otra parte, la falta de recursos puede empujar a esta decisión. Las personas jubiladas que perciben las jubilaciones más bajas no siempre pueden sostener sus gastos y terminan en casa de algún familiar. Pero Sáez señaló que tan común como eso es que la familia requiera de los recursos del jubilado.
"La jubilación puede pasar a ser un ingreso familiar. Por otra parte, el adulto mayor en general quizás ha tenido la posibilidad de comprar una casa y estos últimos años ha costado más, entonces muchas familias se han mudado con ellos", explicó.
También es común que haya divorcios y separaciones de los hijos y en ese contexto es habitual que se regrese a casa de los padres, muchos de los cuales están viudos.
La licenciada en Psicología, Verónica Yandolino, mencionó que algo bastante común es que las tareas domésticas y de cuidado terminen recayendo en las mujeres adultas mayores.
Enriquecedor
En este marco, pueden darse situaciones positivas que sean beneficiosas y otras no tanto, lo cual dependerá de los vínculos y del lugar que los mayores ocupen en la familia.
Así lo destacó la psicóloga: "Depende de las condiciones de salud tanto propias como del entorno y de las condiciones socioeconómicas de la familia. Eso va a determinar cuándo la convivencia tiene más aspectos positivos que negativos o viceversa".
El intercambio entre generaciones puede ser enriquecedor. Los más jóvenes mantienen actualizados a los mayores e incluso los sumergen en sus nuevos códigos y formas de comunicarse, como el uso de internet. En este plano, a veces son de gran ayuda cuando deben realizarse gestiones que los adultos mayores desconocen con los nuevos métodos.
Los mayores también pueden transferir experiencias y mantener un diálogo y relaciones sociales más fluidos que si vivieran solos. Esto en particular teniendo en cuenta que los mayores de 60 años son en general personas vitales y con una vida social activa, aún cuando avanza la edad.
"Que una familia pueda aprender a convivir y que un adulto mayor pueda compartir con niños y adolescentes su experiencia de vida y puedan adaptarse a situaciones compartidas siempre es muy saludable", consideró la licenciada.
Carolina contó que, desde que su abuelo se mudó a vivir con su tío, su pareja y su sobrina está de mejor ánimo. Ya no tiene que estar gran parte del tiempo con una persona extraña que lo acompañaba y disfruta de largos juegos de chinchón con la joven.
Abusos y conflictos
Pero, por otro lado, esto puede ser conflictivo: los tiempos de unos y otros no son los mismos y pueden interferir y complicar la convivencia. Incluso en este marco, pueden aparecer conflictos que deterioren las relaciones y el día a día puede volverse difícil.
Sáez destacó que estas situaciones se prestan para abusos y violación de sus derechos y subrayó que los adultos mayores son una de las poblaciones más vulnerables en este sentido. Puede ocurrir que se maneje su dinero, se les pida prestado cuando hay apremios e incluso que se les cuestionen sus gastos, en definitiva, pierden autonomía.
"Sucede que hay una invasión a los adultos mayores cuando van vivir su casa, pierden libertades, hay uso de sus bienes personales, se los cambia de habitación o se ven obligados a dormir con otras personas. Ellos muchas veces se quedan callados por no generar conflictos", apuntó el funcionario.
Y cerró: "A veces cuando están grandes dejan de ser padres para ser como hijos, les indican que no hagan ciertas cosas por ejemplo".
Son más las mujeres que viven solas
Otro aspecto que se destaca es que las mujeres tienden más a vivir solas. Los varones son leve mayoría en hogares multigeneracionales pero son el triple que ellas en los hogares unigeneracionales de varias personas (podrían ser residencias). Por el contrario, son sólo una tercera parte de quienes viven solos.
Los hogares de personas de más de 60 años que viven solas son 22,9%. De todas las mujeres de esta edad, 36,9% viven en ellos. En tanto, sólo 12,1% de varones viven solos, el resto lo hace en hogares unigeneracionales (15%) o multigeneracionales (53.2%).
A mayor edad aumenta la proporción de quienes viven solos y, entre ellos, son cada vez más mujeres. Entre los 60 y los 64 años son 16,7% (el triple de mujeres que de varones). Entre los más grandes y que superan los 75 años, quienes viven solos son 32,6% del total. Entre estos últimos, 44,7% son mujeres mientras que 19,6% son varones.
Claves
Que se constituya un hogar multigeneracional puede darse por factores económicos, por divorcios o separaciones que llevan a volver a vivir con los padres o por cuidados que necesite el adulto mayor.
Es enriquecedor cuando adultos mayores interactúan con menores ya que intercambian experiencias de vida y los más chicos los mantienen actualizados o los ayudan en distintas tareas.
Puede haber conflictos o abusos si se les maneja el dinero, se les pide prestado o si se les cuestionan sus gastos ya que los mayores pierden autonomía. También puede ocurrir que invadan su espacio
Casas conectadas para monitorear a los abuelos
¿Cómo puede el sector tecnológico ayudar a las personas mayores a permanecer independientes, conectadas, saludables y seguras?
Las soluciones para personas mayores se exhibieron de manera destacada en el Consumer Electronics Show (CES) 2020 en Las Vegas, abarcando desde ropa inteligente hasta sensores integrados para ayudar a controlar a las personas en riesgo.
El grupo japonés de construcción de viviendas Sekisui House mostró su nuevo "Concepto de Casa de Plataforma" que permite a las personas mayores vivir de forma independiente mientras se les monitorea para detectar enfermedades o problemas de salud.
Desarrollada con científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Casa Sekisui utiliza sensores de techo para controlar los latidos del corazón de una persona; en caso de paro cardíaco, el hogar pedirá ayuda y abrirá las puertas después de verificar que son los equipos de emergencia.
Brian Anthony, un profesor del MIT que habló en la exhibición de Sekisui, dijo que el concepto de "hogar como servicio" permite un mejor seguimiento de la salud de las personas mayores, incluso si no piden ayuda.
"Uno de los mayores problemas es el cumplimiento de la medicación y el uso de dispositivos conectados", dijo Anthony. "Aquí lo tienes en el medio ambiente, no tienes que preocuparte por la tecnología".
La startup francesa Technis mostró su piso inteligente, que utiliza sensores para detectar cómo se mueven las personas mayores, con qué frecuencia usan el baño y su ritmo de actividad.
El sistema utiliza inteligencia artificial para detectar anomalías y alertar al equipo médico de una persona.