La misteriosa mano momificada de un bebé que revela un ritual para alcanzar el "más allá"

Una moneda de cobre le dio un llamativo aspecto, que la mantuvo conservada en una urna. Costó más de una década entender la razón del rito.

La misteriosa mano momificada de un bebé que revela un ritual para alcanzar el "más allá"
La misteriosa mano momificada de un bebé que revela un ritual para alcanzar el "más allá"

Una pequeña mano momificada generó una ardua investigación a científicos que costó más de una década en llegar a su explicación. Fue hallada en Hungría en 2005 y, si bien pertenecía a un bebé, una moneda de cobre le dio un intenso color verde, en el marco de una sepultura repleta de significados para alcanzar el "más allá".

Los restos datan de entre los siglos XII y XVI de Nyárlorinc, un pueblo ubicado al sur de Hungría. Hace 13 años, el arqueólogo János Balázs encontró una urna llena de huesos que despertó su interminable curiosidad: una mano momificada teñida de verde que tenía una moneda de cobre.

En el inicio de la investigación, Balázs y sus colegas de la Universidad de Szeged (Hungría) creyeron que se trataba de una rata por el diminuto tamaño, pero los rigurosos estudios demostraron algo totalmente diferente: eran los restos de un bebé prematuro o recién nacido que había fallecido poco después del alumbramiento. Medía entre 28 y 33 centímetros y pesaba menos de un kilogramo.

Lo extraño es que sólo su mano estaba momificada, mientras que el resto del cuerpo era puro huesos. ¿La razón? La moneda de cobre que le dio el color a raíz del contacto. Durante varios años, los investigadores pensaron que el bebé fue enterrado con el objeto en el metal en la mano, pero, recientemente, descubrieron que se trataba de un rito en el que se le arrojaba una moneda en la urna con la esperanza de asegurar la eternidad en el más allá, indicó la BBC.

Al parecer, para varias culturas del pasado, los muertos debían pagar un "canon" en el más allá para pasar a otra vida mejor. Esta moneda de cobre sería la necesaria para dicho peaje.

"Si el nivel de cobre no tiene una alta concentración, la momificación no se produce", precisó Zsolt Bereczki, integrante del equipo de arqueólogos. "Esa alta concentración tiene que mantenerse a lo largo del tiempo, y en eso contribuyó la vasija", agregó.

Es que, según el especialista, la vasija estaba semicerrada, de manera que permitió conservar la mano, pero no estaba lo suficientemente sellada como para preservar todo el cuerpo momificado.

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