Se abre la imagen a un camino profundo. Esos senderos en los que los árboles añosos forman un túnel denso y oscuro. Un camino de tierra fresca, en la que el sol nunca ingresa. Los hongos crecen a los pies de los troncos y se ofrecen como manjares posibles para una cena elegante. La cámara está expectante, allí, hasta que ingresa en cuadro una púber, que pasea despreocupada con su cesta en el brazo. El vestido hasta los pies, el delantal: impecables; sus trenzas rubias y pulcras; su canturreo despreocupado, mientras cada tanto se agacha a recoger las cetas que guarda como reliquias. La cámara la sigue en travelling lento, muy lento, mientras la niña avanza por la bóveda de un clima casi pegajoso y frío. Persiste su vocesita dulce, el ruido de las hojas agitadas por la brisa, el trino de algunos pájaros y los cañonazos a lo lejos como rugidos ahogados. Detrás de un árbol la sobrecoge la sorpresa: herido, un soldado con uniforme confederado, la mira suplicando con sus ojos en un grito desesperado.
Estamos en el sur de norteamérica y la Guerra de Secesión avanza tan lenta como los pasos de la niña por ese camino sin salida aparente.
Así arranca la nueva película de Sofia Coppola: "El seductor" (una mala traducción al español de "El engaño", novela Thomas P. Cullinan en la que se basa este filme).
Así nos introduce la talentosa directora de "Las vírgenes suicidas", "María Antonieta", "Perdidos en Tokio", la extraordinaria "Somewhere" y "The bling ring" en esta remake que afrontó con un pulso notable.
La película fuente, que inspiró a Coppola, es un clásico cinematográfico (de 1971) que tiene al decano Clint Eastwood como protagonista. Se llamó igual que esta remake y estuvo dirigida por Don Siegel.
"El seductor" cuenta cómo un soldado enemigo cae herido y es asistido en un colegio de señoritas de índole profundamente sureña. Allí siete mujeres (cinco niñas preadolecentes y dos adultas) revolotearán en torno al hombre, construyendo un universo en el que el deseo y la intriga son los condimentos privilegiados.
No basta con decir que el elenco es superlativo: Colin Farrell es el soldado; Nicole Kidman, que atraviesa su etapa más fecunda como actriz, la directora de la escuela; Kirsten Dunst, musa ineludible en casi todos los films de Coppola, la instructora de las señoritas; Elle Fanning, otra actriz reincidente en la filmografía de la directora, la alumna en edad de ingresar a la sexualidad y sus prácticas; y tres nenas adorables: Oona Laurence, Angourie Rice, Addison Riecke. No basta porque las interpretaciones están guiadas por la decisión narrativa y estilística de Sofia; que se juega, con este filme de género, a su carta más oscura e inasible.
Sí: "El seductor" es una película perturbadora, en la que la trama es apenas una excusa para ingresar en las complejidades de las pulsiones eróticas, la represión sexual, los anhelos que no pueden refrenarse y la moral puritana como base social rectora de conductas y desviaciones.
Sin resignar ni un milímetro de su sello de autora astuta y personal, Coppola le imprime a las atmósferas cargadas e inquietantes de su película una elegancia visual que ya le hemos visto en producciones anteriores. Como Lucrecia Martel en "Zama" o "La ciénaga", la directora estadounidense indaga en las posibilidades de la banda sonora para exprimir de ella un metadiscurso que todo lo tiñe -esta también es una marca de su poética, profundamente contemporánea y despojada-.
Sin embargo, y esta vez a diferencia de Martel, Sofia consigue con "El seductor" su película más amable para las plateas masivas. Ni críptica, ni expectante, ni metafísica. El filme es amplio y amable en sus proposiciones temáticas, en su derrotero discursivo y en sus ritmos entretenidos (por momentos melodramática, en otros un verdadero juego retinto, en unos más apuntes del cine americano más clásico).
La virtuosa mirada femenina de esta remake tiene un aliado incondicional: el diseño de fotografía de Philippe Le Sourd, que convierte a este grupo de damitas en las sirenas de Ulises.
Es verdad que a Farrell le cuesta, en un momento decisivo de la trama, lograr el verosímil. Pero eso, que podría parecer un error de guión, puede entenderse también como pícaro giro de la directora para convertir el dramón en pasos de comedia (negra, por cierto).
Coppola recibió el premio a la Mejor Dirección en el último Festival de Cannes por esta película. Y no hay mayor justicia, para con una realizadora que se animó a invertir las cargas semánticas del género y convertir a su filme en un osado y tentador tratado sobre el alma femenina.
LA FICHA
"El seductor" ("The Beguiled", Estados Unidos, 93', 2017, PM13 c/r). Dirección: Sofia Coppola. Con: Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Oona Laurence, Angourie Rice, Addison Reicke. Calificación: Muy buena