La propuesta oficial de creación del Consejo Económico, Ambiental y Social de Mendoza incluye la invitación a los ex gobernadores de la Provincia a participar de las deliberaciones.
Se trata de un gesto importante si se tiene en cuenta la calidad institucional que caracteriza a los mendocinos, más allá de aciertos o errores de cada una de las gestiones desde 1983 a la fecha.
Hay un antecedente al respecto, no muy lejano. Durante su gestión, el gobernador Celso Jaque tuvo la virtud de convocar a los ex mandatarios hasta entonces para mantener reuniones periódicas que sirvieran para la buena relación política y el intercambio de opiniones sobre asuntos estructurales de la provincia.
Fue un aporte institucional que lamentablemente no duró mucho tiempo.
Una reciente nota de Los Andes permitió comprobar que la mayoría de los ex jefes del Ejecutivo no sólo aceptaron la invitación formulada por el actual gobierno; también dieron a conocer algunas ideas que pretenden volcar en las deliberaciones del nuevo organismo, que para poder iniciar sus actividades debe ser validado antes por la Legislatura.
Sin distinción de pertenencias partidarias, los ex gobernadores expresaron su inquietud por el apuntalamiento de la actividad productiva en general y el turismo, con la mirada puesta en la participación clave del sector privado. En ese aspecto, se hace referencia a una crisis económica que Mendoza arrastra, en mayor o menor medida, desde hace décadas.
El replanteo de sectores tradicionales de la economía y la apertura a otras opciones son otros aspectos que quienes tuvieron la responsabilidad de conducir el Estado provincial sugieren para sumar a la discusión en el organismo a crearse.
También surgió de las opiniones recogidas entre quienes gobernaron a Mendoza en las últimas tres décadas y media, la necesidad de hacer posible la eficiencia del Estado provincial, una meta generalmente invocada pero que tiene un avance lento en virtud de las circunstancias coyunturales de la economía y muchos vicios de la política que conspiran contra dicha premisa.
No cabe duda de que una vez constituido el Consejo impulsado por el Ejecutivo los grandes protagonistas deberán ser quienes representen a las organizaciones de la economía y el quehacer social y ambiental.
Sus aportes serán importantes para que las autoridades de turno diseñen políticas que el derrotero a seguir por la provincia.
Y es ahí donde los ex gobernadores deberán aportar su experiencia en base a los años que tuvieron al frente la provincia. Y cada uno podrá aportar lineamientos a aplicar.
Hay que tener en cuenta que varios de ellos aún tienen participación política y ocupan cargos públicos.
Sin embargo, su participación de ningún modo deberá suplir la responsabilidad que la ciudadanía otorgó con su voto a las actuales autoridades del Ejecutivo y el Legislativo.
Estas se deben nutrir de los aportes que puedan efectuar no sólo los ex jefes del Estado provincial, sino todas las representaciones llamadas a participar.
Las instituciones constructoras de consensos deben ser lo suficientemente amplias para convocar a todos los sectores económico-sociales de la provincia, pero a la vez deben tener la suficiente agilidad para que sus propuestas puedan ser aprovechadas.
En síntesis, esta revaloración de quienes tuvieron a su cargo la conducción del Estado, y la espontánea aceptación de los mismos, es otra clara manifestación de la convivencia democrática que caracteriza a Mendoza en el país.
Un valor republicano que nunca debemos perder.
