La meta global: limitar a +2ºC el aumento en 2100

Representantes de 195 países debaten en Francia sobre cómo controlar la emisión de CO2 para que la temperatura del planeta no produzca un daño irreversible.

La meta global: limitar a +2ºC el aumento en 2100

Le Bourguet, Francia. La comunidad internacional acordó en 2009 limitar a +2°C el aumento de la temperatura mundial hacia fin de este siglo, en relación a la era preindustrial, con el objetivo de evitar graves consecuencias para el planeta.

Pero algunos países consideran que este objetivo no es suficiente y en noviembre, en Manila, 43 países especialmente vulnerables pidieron limitarlo a +1,5º.
Esta cuestión es uno de los temas de debate en la conferencia del clima de París (COP21) que empezó el lunes en presencia de unos 150 jefes de Estado y de gobierno. En total, representantes de 195 países entraron de lleno ayer en la negociación de un acuerdo de lucha contra el cambio climático, con un borrador plagado de obstáculos y forcejeos entre países ricos y en vías de desarrollo.

“Es un imperativo económico y de seguridad que tenemos que afrontar ahora”, insistió el presidente estadounidense Barack Obama en rueda de prensa antes de abandonar París.

Obama y otros 150 mandatarios del planeta hicieron historia el lunes al inaugurar esta 21ª conferencia sobre el clima de la ONU (COP21).
Las 195 naciones de la Conferencia tienen oficialmente hasta el viernes 11 de diciembre para alcanzar un acuerdo.

Para que la lucha contra el calentamiento del planeta tenga éxito, advierten los científicos, el texto de París debe contener compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y de transición energética, de fuentes de energía fósiles a renovables, de aquí a mediados de siglo.

Los objetivos deben ser claros y verificables, los países ricos deben estar dispuestos a transferir dinero y tecnología a los países en vías de desarrollo, y todos tienen que estar dispuestos a aceptar métodos de control mutuo.

¿Por qué +2ºC?

Esta cifra es el resultado de un compromiso político alcanzado en 2009 en Copenhague.

En 2007, la Unión Europea fue la primera en fijar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero en función de este objetivo de +2°C, tras un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Si la temperatura aumenta más de 2ºC, los científicos prevén efectos irreversibles, con fenómenos extremos frecuentes (ciclones, sequías, etcétera), la disminución de la productividad agrícola o la extinción de especies.

Si sube 2°C, el nivel del mar aumentará 40 cm antes de 2100, pero si aumenta en 4 o 5°, la subida sería de 80 cm e incluso más.
Por eso se considera que limitando el aumento a 2°C el planeta todavía se puede adaptar.

¿Un objetivo muy ambicioso?

En junio, un informe de la ONU recordó que el objetivo de 2ºC no significa que el planeta esté a salvo y que un “nivel de seguridad” sería más bien limitar el aumento de temperatura a 1,5°.

Hoy, con un aumento de +1°, ya se están sintiendo los efectos, con sequías, inundaciones y la desaparición de los arrecifes de coral.
Con un aumento de +2°, el cambio climático afectará sobre todo el nivel de los océanos y a su acidificación, un fenómeno que para islas como Tuvalu o Kiribati, en Oceanía, es una cuestión de supervivencia.

A largo plazo, si el aumento es de +4º, ciudades como Shangai, Bombay o Nueva York quedarán parcialmente sumergidas, un fenómeno que afectaría a 600 millones de personas (280 millones si la temperatura aumenta 2° y “sólo” 137 millones si sube 1,5º), según un estudio estadounidense.

“Para evitar el deshielo de Groenlandia hay que quedarse entre 1,5° y 1,9°”, asegura el climatólogo Jean Jouzel.

¿Demasiado tarde para +1,5°?

Al ritmo actual la temperatura global aumentará al menos 1,5°: el aumento de 1° ya registrado más el de 0,6° relacionado con gases ya emitidos, indica el IPCC.

Si los países cumplen sus compromisos actuales, el aumento será de +3°. Por eso se decidió incluir el objetivo de 2ºC en la conferencia de París, para incitar a los países a revisar sus promesas.

“Mantener el calentamiento por debajo de los 2°C es posible pero supone grandes desafíos tecnológicos, económicos e institucionales”, admite la ONU, y propone una “transición radical” hacia las energías renovables, una agricultura que emita menos gases o la construcción de casas que consuman menos energía.

Para mantenerse por debajo de los 2°C también se necesitarán tecnologías de captura de CO2, indica el IPCC.

¿Conflicto en la COP21?

Los partidarios de los 1,5° aseguran representar a 108 países y prometen que lucharán para que ese objetivo sea mencionado en el acuerdo final de la conferencia de París.

“Hay que tener en mente el objetivo de los 1,5° para que los pequeños estados sigan teniendo confianza” en el proceso, asegura Tony de Brum, de las Islas Marshall, que augura que los grandes países intentarán impedirlo.

Pero en la cumbre del G20 de mediados de noviembre, países como India y Arabia Saudí pusieron en duda incluso el objetivo de los 2°. Por eso algunos temen que se abra de nuevo en París el debate sobre la cuestión.

“Querer volver a 1,5 grados sería un riesgo enorme, pondríamos a los países frente a un muro demasiado alto porque, para conseguirlo, casi habría que dejar de respirar”, dice Michel Colombier, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de París.

Un escenario catastrófico

Con un alza de la temperatura terrestre de 5º C, la Humanidad podría quedarse sin oxígeno, según un estudio publicado ayer al margen de la conferencia del clima de París. “Hemos identificado otra consecuencia posible del cambio climático que puede ser potencialmente más peligrosa que todas las demás”, explicaron dos investigadores de la universidad británica de Leicester.

Gracias a un modelo matemático, los autores estiman que un calentamiento global de 6º C con relación a la era preindustrial podría detener la producción de oxígeno del fitoplancton, los organismos vegetales que viven en suspensión en el agua y que suministran dos tercios del oxígeno presente en la atmósfera.

“Eso significaría una desaparición del oxígeno del agua pero también del aire; si eso llegara a ocurrir, provocaría obviamente la muerte de una gran parte de las especies sobre la Tierra”, concluyen.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA