La Mendoza que viene será móvil y vivirá en tu mano

La Mendoza que viene será móvil y vivirá en tu mano

Eran los primeros días de setiembre de 1995 y Los Andes se transformaba en el primer diario del país en tener una página web. No había muchos usuarios de internet por entonces, pero era un contrariedad temporal. Lo importante era estar y crecer allí.

Hoy, más de dos décadas después, seguimos allí, pero ya nada es igual. Era predecible que la web crecería y se esperaba que fuera una extensión virtual del medio físico que es el papel. Sin embargo, evolucionó como otro medio y la misma experiencia vivieron radios y canales de televisión. Claramente no se podía avizorar la revolución digital que estaba en marcha y en la que estamos insertos actualmente.

Mirar el pasado y analizar el presente nos da un pantallazo -casi literal- de cómo puede ser el futuro. Quizá no exista nada de lo que es popular hoy en día, pero todo indica que sea lo que fuere que utilicemos, será móvil.

Mi predicción no es de pitonisa, pero tampoco azarosa. Es simplemente una observación fáctica y es la única herramienta para saber qué sigue.

Un estudio -siempre hay uno del cual echar mano- revela que actualmente hay tres tipos de usuarios de dispositivos móviles: los rezagados, los especialistas y los nativos.

Si los repartimos en proporciones vemos que los usuarios retrasados, que son aquellos que tienen un móvil pero sólo porque se los dieron, son alrededor de 60 por ciento. Luego, casi rayando el 40 por ciento, están los especialistas, que son los que tienen un móvil y tuvieron que adaptarse a él, ya sea por trabajo o placer, pero sin obviar su necesidad cotidiana.

Finalmente está el 2 por ciento que representan los nativos, que son aquellos que casi han nacido con un dispositivo móvil bajo el brazo. Son un número pequeño pero creciente y en sus manos no sólo tienen un smartphone sino también el futuro.

Mendoza replica los porcentajes y, en algunos casos, supera la media. Por ejemplo, aquí cada usuario de teléfono móvil gasta en promedio 2 GB de datos mensuales, que es superior al 1,5 GB de consumo de la media nacional.

¿En qué se usan esos datos móviles en Mendoza? Principalmente en YouTube (37 por ciento) seguido de Facebook (26 por ciento), WhatsApp (10 por ciento) y Google (9 por ciento).

Lo dicho: el futuro es móvil y satisfacer a esa pequeña masa que representa el 2 por ciento es la clave de lo que viene.

Es un desafío en Los Andes de la misma manera que lo es para otros medios, pero también lo enfrenta Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram, el gobierno, las escuelas, las ONG, las iglesias o las empresas.

Así, la cabeza gacha mirando una pantalla será una tendencia que se prolongará un tiempo más y será adonde debe apuntar casi exclusivamente el periodismo mendocino, pero también la Justicia, los políticos y las grandes compañías. La razón es simple: los que no se adapten al formato corren el riesgo de seguir creyendo que la relación con las personas es unidireccional sin ver que la tecnología rompió hace tiempo esa forma de comunicación.

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