Por Fabián Galdi - editor de MÁS Deportes digital -
Será a fines de agosto próximo, en el estadio Centenario, cuando esta etapa de reconstrucción del seleccionado argentino esté de frente a su primera prueba de exigencia premium. Allí, en Montevideo, la Selección se medirá contra su par de Uruguay en un duelo de características clave con vistas a la clasificación rumbo a Rusia 2018. La reanudación de las eliminatorias sudamericanas marcará un punto de inflexión a corto plazo. Un arranque en positivo o en negativo de la serie contra uruguayos y venezolanos - éste, de local - en sólo seis días decidirá un porcentaje amplio de las chances para la participación en la Copa del Mundo del año que viene. Ya quedará lejos el sabor agradable de la reciente victoria ante Brasil en el Melbourne Cricket Ground, máxime por el carácter de amistoso del gran superclásico a nivel mundial. Y menos la presentación pautada ante Singapur en el Singapore National Stadium como cierre de la mini gira por suelo oceánico y asiático durante estos días de junio. Por los puntos es otra cosa, lo cual resulta propio de una verdad de perogrullo. Sobre todo cuando éste es el tiempo de la evaluación, del diagnóstico y de la toma de decisiones sin anestesia.
Jorge Sampaoli se autorreferenció en las últimas semanas con un protagonismo mediático propio de una estrella ya consagrada. No podría afirmarse que ésta sea una característica nociva en el entrenador, quizá porque su personalidad le marca que el modo elegido para comunicar sus ideas y pautas de trabajo es la correcta. Ya era un director técnico de la predilección de Lionel Messi desde hace mucho. Los halagos públicos hacia el crack estuvieron lejos de ser circunstanciales. El muestrario de frases para la ocasión ya ni es necesario reflotarlo porque la admiración hacia el astro del Barcelona quedó reflejada inclusive antes de llegar a España para hacerse cargo del Sevilla. Hoy día, cuando Leo puede ser alcanzado por Cristiano Ronaldo en la premiación por el Balón de Oro tras la temporada 2016/2017, lo cierto es que el respaldo del flamante DT albiceleste representa una señal clara de mantenerlo investido del poder que se le asigna a un líder dentro y fuera de la cancha. Una relación simbiótica, en síntesis, que el gran referente del Barça nunca había sentido en la corta gestión de Edgardo Bauza, más que nada por falta de empatía.
Es Messi, precisamente, quien ya tiene claro que habrá recambios de nombres en el plantel albiceleste. Un histórico como Javier Mascherano será tenido en cuenta más como defensor que como volante. Otro como Sergio Chiquito Romero le agregará a su estilo el juego con los pies, que tanto representa a quien hoy es su suplente: Nahuel Guzmán. Socio en la cancha y amigo fuera de ésta, Sergio Kun Agüero arrancó esta nueva era un par de escalones abajo en la consideración del cuerpo técnico. Otro incondicional como Ángel Di María sabe que debe imprimirle a sus movimientos una continuidad en el ida y vuelta que le permitan ratificar su titularidad. Y adelante, aún está lejos de definirse el caso emblemático de Gonzalo Higuain, quizás el preferido por Leo por su capacidad de sacar de posición a centrales y de ofrecerse como descarga.
Pipita, precisamente, quedó en el foco del gran interrogante a partir de su egreso tras el primer tiempo ante la verde amarela. El equipo se había retirado en ventaja tras el tanto de Gabriel Mercado y la ausencia del atacante abrió las conjeturas respecto de cómo encarar el complemento sin una referencia de área. Sin embargo, agregarle volantes al sector central y a tres cuartos de cancha no significa necesariamente que el control del balón quede asegurado. Más, si se tiene en cuenta que la formación dirigida por Tite no está en transición sino ya consolidada y que la tenencia de la pelota más su distribución es una cuestión identitaria que está en el ADN de los brasileños en cualquier época a la que se refiera. Una apuesta de riesgo, sin dudas, que terminó aprobada en el resultado final pero no en el volumen de juego expresado.
El goleador de la Juventus padeció el mismo efecto bloqueo que su compañero Paulo Dybala, lo cual es entendible por el stress pre y post final de la Champions League contra el Real Madrid. Curiosamente, los laterales Dani Alves y Marcelo, quienes también habían jugado en Cardiff, mantuvieron su descanso tras el 4-1 a favor. Los argentinos, en cambio, debieron prolongar su período activo y las consecuencias quedaron a la vista por el bajo rendimiento de acuerdo con sus propias posibilidades. Higuain, incluso, arrastra la tendencia negativa del imaginario colectivo argentino, que lo ubica en el plano de quien falla en las situaciones límite sin tener en cuenta que se trata de uno de los atacantes más eficaces en las ligas europeas.
Sampaoli está lanzando señales en relación a que Mauro Icardi tendrá minutos en cancha en el corto plazo. El artillero del Inter porta una mochila cargada de piedras dada la excesiva publicidad que alcanzó su vida privada. Por más que se le quite entidad, ésto le restó chances para participar del ciclo comandado por Alejandro Sabella y que tuvo fecha de vencimiento tras la final perdida contra Alemania en el Maracaná. Ahora, el punta optó por una exposición mediática mínima en relación a la explosiva que supo alcanzar tras el episodio que involucró a Maxi López, Wanda Nara y los hijos del matrimonio. Hoy día, ya está absolutamente asumido que puede competir en igualdad de condiciones con Higuain por el puesto de único delantero centro, si es que ese esquema táctico se mantiene.
Para Icardi, la posibilidad de ser la primera opción de recambio en la ofensiva es clara. Las no convocatorias de Ezequiel Lavezzi, Carlos Tevez y Lucas Pratto, por citar a los delanteros más representativos a nivel internacional, marcan que el goleador del Inter de Milan está frente a una oportunidad soñada. Por sus características de juego, puede ser una incorporación bienvenida como variante de ataque para un equipo que necesita darle opciones a Messi y no terminar dependiendo exclusivamente de él. Si Higuain dio respuestas desde que fuera convocado por Diego Maradona en 2009, estos son los tiempos donde habrá una competencia sana y que debe mantener a la Selección como prioridad absoluta.
Quedan cerca de diez semanas para que Argentina se presente ante la Celeste, en un clásico rioplatense de tensión y adrenalina por las nubes. Volverá Messi y Sampaoli afrontará su primer compromiso oficial en el seleccionado nacional. Higuain e Icardi dirimirán su propia contienda en las semanas previas. Todo sea por el bien de la Selección. Siempre.