Situación: últimos días del siempre frío mes de julio, fin de un día por demás agotador. Pocas cosas resultan tan gratificantes como tirarse en la cama, tapado con un pelotón de frazadas con la idea de ver una película o serie por internet vía streaming, ya sea en la notebook o en una tablet.
Todo va bien, incluso estamos mentalizados para no sacar siquiera un dedo de abajo de las mantas cuando, al chequear la señal en el extremo de la pantalla, vemos que la señal del Wi Fi es escasa, si es que no es nula. Y, a la par, recién cuando nos movemos un poco de la habitación a nuestro celular ingresan 25 notificaciones de WhatsApp que estaban en espera.
¿Resulta familiar? Pues bien, según un estudio internacional, los usuarios de internet inalámbrico han generado una intensa dependencia con esta herramienta y se estima que hoy un hogar promedio tiene, al menos, seis dispositivos conectados al Wi Fi.
Esta cuenta involucra a dos o tres computadoras y tablets, a los celulares de cada miembro de la familia y, a veces, hasta un televisor (un smart TV).
Pero esta multiconectividad no significa una ventaja. Ocurre que los usuarios suelen frustrarse cuando caen en la cuenta de que las expectativas que tenían sobre el Wi-Fi ilimitado en el hogar está extremadamente alejado del servicio que ofrecen las compañías.
De acuerdo al Índice de Consumo y Entretenimiento -confeccionado por la consultora Arris-, más de 60% de los consumidores a nivel global tienen problemas con su conexión hogareña de Wi-Fi, situación que en el estudio se atribuye al “creciente número de dispositivos de video conectados, así como a una evidente oportunidad para los proveedores de mejorar el servicio”.
Poca infraestructura
"El consumo de internet ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Y también han crecido de manera exponencial los servicios que se ofrecen. Internet ha transformado la manera de consumir", analiza el ingeniero en sistemas Juan Sebastián Arbona.
“Hoy, desde la comodidad de nuestro hogar podemos consumir lo que querramos, en el momento que querramos. En este sentido, el Wi Fi es un canal de comunicación con una capacidad limitada. Ya sea por limitaciones físicas o de servicio, muchas veces no está preparado para soportar ni la demanda ni el consumo de contenidos pesados, como puede ser el streaming de video”, agrega el profesional, que tien un master en Data Management e Innovación Tecnológica.
“La oferta que hay en Mendoza sobre proveedores ‘aéreos’ es poca y con tintes monopólicos, ya que te cobran lo que quieren. Esto es porque, según la zona, hay distintas pero pocas alternativas. Ya sea internet cableado (ADSL o fibra óptica), satelital, Wi Fi o los 3G hogareños, que ahora serán 4G, supongo”, opina por su parte el licenciado en sistemas Gabriel Guzmán.
“En principio las expectativas son varias, como tener acceso a un internet relativamente rápido, pero ya de entrada se sabe que va a ser caro. Y ‘rápido’ es un decir para lo que es Mendoza: en otras ciudades ofrecen conexiones de 10 MB por segundo como base, mientras que acá es de 1, 3 o eventualmente 5 o 6. Y es carísimo”, completa Guzmán.
“El problema es que uno paga mucho por proveedores que no tienen competencia, y que no siempre andan bien. Y los factores climáticos o arquitectónicos pueden afectar también a la mala recepción de señal, como por ejemplo una casa con mucho concreto o hierro, o un día de lluvia y viento. Se supone que han mejorado estas cosas, pero en Argentina -donde usamos hardware que en Europa, Estados Unidos o Japón ya no se usa hace varios años- lo dudo. El problema es que siempre se invierte más en marketing que en infraestructura”, sintetizó Guzmán.
Wi Fi dependientes
"Lo primero que hago cuando llego a la casa de un amigo es pedirle la clave de Wi Fi para conectar el celular. Es como automático, me he dado cuenta de que pregunto eso incluso antes de preguntar dónde está el baño u otras cosas". Sonriente y con actitud de 'sincericidio', Florencia (27) reconoce su adicción a la internet inalámbrica.
“En casa tengo todo conectado: la notebook, el celular, la impresora, el televisor. Lo malo es que no puedo mover todas esas cosas y que queden alejadas entre sí, porque se desconectan”, agrega, dejando en claro justamente el principal problema que hoy experimenta el Wi-Fi: la pobre cobertura en los pocos metros cuadrados de un hogar.
“Desde hace años, el mundo ha cambiado la manera de utilizar internet. En los últimos 10 años la humanidad ha generado más información que durante toda la historia de la humanidad. Y tanto internet como los dispositivos móviles han contribuido enormemente a esto. La mayoría de las personas pasan gran parte del tiempo consumiendo servicios de la nube, generando y consumiendo información de internet”, se explaya Arbona al ser consultado por esta frustración de la que habla el informe de Arris.
Además del promedio de seis dispositivos conectados a internet inalámbrico en cada hogar, en el informe se destaca que en las casas se gastan alrededor de 6,5 horas a la semana consumiendo servicios de streaming por suscripción (como Netflix). En comparación con 2014, este consumo creció ya que actualmente 80% de las personas lo hace semanalmente frente a 72% que lo hacían el año pasado. En tanto, 73% de las personas que ven televisión móvil al menos una vez a la semana lo hacen a través de Wi-Fi.
“Las personas han cambiado la manera de consumir servicios. Un claro ejemplo son los contenidos de TV: hoy cualquier persona puede consumir la serie del país que sea, en cualquier momento y prácticamente en cualquier lugar”, agregó Arbona.
No obstante, 72% de los consultados en este estudio internacional destacaron que prefieren descargar los contenidos para poder verlos off line antes de tener que depender de un buen servicio de internet. Todo sea por no “sufrir” el siempre deficiente Wi Fi de casa.
Señal deficiente
Siete de cada diez entrevistados por Arris consideran que contar con una conexión a internet de alta velocidad disponible para uso en todas las habitaciones de su casa es de vital importancia o muy importante, mientras que más de la mitad (54%) coinciden en la necesidad de contar con un servicio Wi Fi de alta velocidad superior al ofrecido actualmente (ver infografía).
"Tengo módem Wi Fi en el living de mi casa, y los domingos quiero llevarme al quincho la tablet para poder estar conectado mientras hacemos el asado. Pero me quedo sin señal y no hay caso. He averiguado para contratar más y, de hecho, puse un módem Wi Fi especialmente. Pero el alcance no es bueno”, indicó Javier (53).
Según el informe de Arris, la mayoría de los problemas de conectividad suelen darse en el living y en el dormitorio principal (13%), seguidos por la cocina y el baño (10% en cada uno). Mientras tanto, 29% de los encuestados a nivel global se ven obligados a hacer uso de un extensor de alcance para mejorar la señal Wi Fi.
A la hora de elegir un lugar preferido para conectarse a internet sin cables (sea para streaming o no), el dormitorio es el más elegido con 35% de las respuestas.