La pelea es por el agua. Es uno de los argumentos más fuertes a la hora de resistir a la minería. Podría decirse que una parte de los que resisten la minería son los principales derrochadores del recurso. En promedio, en toda la provincia, la agricultura recibe 81% del agua disponible, con una eficiencia de entre 45 y 50 por ciento. Es decir, de cada 100 litros que salen de los diques, la mitad llega a las plantas.
El consumo humano promedio de toda la provincia representa 11%; la escasa actividad minera y el petróleo se llevan 1% y el uso recreativo y ambiental (corresponde a piletas, riego de jardines y parques) absorbe 4%.
Los productores agrícolas son uno de los principales resistentes a la actividad minera y tal vez porque son los principales beneficiarios del sistema hídrico. Sin embargo, también es cierto que no son sólo ellos los que aportan a la ineficiencia general del sistema de distribución. En Mendoza, está impermeabilizada 90% de la red primaria (canales principales, marginales y matrices que administra el Departamento General de Irrigación), pero sólo 10% de la red secundaria (hijuelas más pequeñas administradas por las inspecciones de cauce).
Río por río
El agua en Mendoza corresponde a las diferentes cuencas de los ríos principales. De ese modo es que están organizados los datos oficiales respecto de los usos. De acuerdo a información oficial de Irrigación, la cuenca del río Mendoza es las más "equilibrada" en cuanto a la distribución por destino: 33% se lo lleva el consumo humano (que distribuye Aysam, mientras que el sector agrícola se lleva 59%; el uso recreativo y el riego de parques y jardines se lleva 4% y la industria 3%. Por último el uso de los organismos públicos (plazas, parques y camiones cisternas de riego oficiales) se lleva 2%.
El titular de Irrigación Sergio Marinelli explica que esos datos corresponden a este año que es seco. Contamos con la mitad del agua del promedio histórico y como el consumo humano es fijo, incide mucho más. En años normales, el agro es 90% en la cuenca del Mendoza".
La otra cuenca "equilibrada" es la de Malargüe, donde el consumo es de 52%, seguido del recreativo al 31%, mientras que la población se queda con 1%. Allí, la actividad minera y la petrolera se alzan con 11% del total del recurso disponible.
En la cuenca del río Tunuyán superior (que llega hasta el dique El Carrizal, aguas abajo del embalse es Tunuyán inferior) el consumo agrícola es del 85% del total disponible, mientras que el humano llega al 9%, uso público 4% y el recreativo representa 1%.
Aguas abajo del mismo río, la cuenca del Tunuyán inferior (que abastece a buena parte de la zona Este) el riego agrícola representa 97% del total.
En la cuenca del río Diamante, 85% se lo que da el agro, mientras que 4% es para la población. Por último, en la cuenca del Atuel 98% se lo que da el riego agrícola, mientras que el consumo humano recibe 1%.