La matriz improductiva de nuestro país - Por Eduardo Giro

La matriz improductiva de nuestro país - Por Eduardo Giro
La matriz improductiva de nuestro país - Por Eduardo Giro

Es más que redundante expresar que estamos inmersos en una crisis estructural de proporciones poco imaginables.

Todos nos preguntamos cuándo y cómo saldremos de esto.

Generalmente la gente piensa que ello depende de un gobierno específico.

Yo no razono así.

Comienzo por preguntarme cómo y por qué nuestra matriz productiva está absolutamente desquiciada y mi pensamiento se remonta a las cercanías del comienzo de siglo XIX donde la Argentina sobreviviente a décadas de guerra civil despiadada y estéril hizo dos cosas:

Una, permitir el ingreso de 4 millones de inmigrantes europeos, agricultores y artesanos, muy trabajadores.

Dos: comerciar principalmente con Inglaterra, en esos tiempos primera potencia mundial, cuyos capitales construyeron el increíble ferrocarril que llevó el progreso a casi todo el territorio patrio y además se instalaron los frigoríficos que enviaron nuestras carnes y granos al mundo y nos convirtieron en uno de los primeros países de esa época.

Luego,  en la década del 40 aparece un líder que audazmente encuentra tierra fértil para derramar los conceptos de la "carta del lavoro" mussoliniana y comienza a insertarse en el país una matriz laboral que no premia al esfuerzo y al trabajo sino a las ventajas que brinda un sindicalismo poderoso y el país comienza su declinación que persiste en los últimos 70 años .

El sistema político, viendo que en vez de tener cada vez más demanda de empleo generan mas desocupados, busca la solución creando el empleo público con las consecuencias que tenemos hoy, que sobre una población laboral de casi 30 millones de personas solo trabajan en el sector privado generador de riqueza y esfuerzo, menos de 10 millones.

¿Es posible sostener esta matriz improductiva ?

Absolutamente no.

Está en la dirigencia nacional, de todos los sectores, pero principalmente en los cenáculos políticos que dejen de hacer populismo y hagan un plan estratégico serio y sobre todo realista.

Este plan lo debe desarrollar una elite de pensadores, que el país ciertamente posee, pero que están sobrepasados por el poder corporativo de grupos políticos y sectoriales.
Debemos aliarnos a un nuevo poder mundial que sea el activador del comercio internacional, saber negociar con él y conseguir las inversiones que se necesitan además de lograr que sea el principal cliente de nuestra cosecha gruesa y de los productos de nuestras economías regionales.

También lograr que invierta en nuestra infraestuctura nacional, interesándolo en que instale factorías industriales aprovechando la ventaja comparativa de la mano de obra argentina (obviamente con otro contrato laboral).

Si esto se lograra, el país en poco más de una década puede revertir este modelo productivo retrógrado.

Los visionarios de la Generación del 80 supieron hacerlo.

¿Será capaz de hacerlo la generación dirigente actual ?

Obviamente mirando a Asia.

Y razonando que la potencia asiática tendrá suficiente poder político para plantear que solo aceptaría un acuerdo económico de esta magnitud si se modifica el actual  patrón corporativista argentino.

En mi modesto entender esta es la única vía de posibilidad de cambio real del país.

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