La marcha por la mujer, politizada y dividida

A diferencia de anteriores convocatorias, la movilización quedó opacada por las diferencias entre las organizaciones. Igual hubo una multitud en las calles.

La marcha por la mujer, politizada y dividida

Esta vez, las banderas políticas de diferentes partidos, agrupaciones y movimientos sociales fueron mayoría. Entre los cánticos que se escucharon desde los distintos grupos que colmaron las calles de la ciudad de Mendoza ayer, predominaron las letras en apoyo a los trabajadores de distintos sectores por sobre las deudas pendientes que aún pesan sobre la sociedad y el Estado, para que la defensa de los derechos plenos de la mujer sea una realidad.

La convocatoria a los mendocinos para conmemorar el Día de la Mujer con una movilización que lograra sensibilizar a la población acerca de las problemáticas que atraviesan miles de mujeres a diario, había sido organizada por la Asamblea de Mujeres de Mendoza, que integra a unas 70 agrupaciones que trabajan por los derechos femeninos.

La cita fue a las 18, en la esquina de José Vicente Zapata y Costanera, bajo la consigna “Vivas y libres nos queremos”. En paralelo y en disconformidad con la bandera opositora al actual gobierno que sostuvo a la movilización, la asociación de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala) invitó a los mendocinos a participar de una concentración a la misma hora, en la esquina de Garibaldi y San Martín.

Lo cierto es que con las aguas algo divididas por el tinte político que fueron cobrando ambas marchas, las temáticas que atañen a la mujer quedaron opacadas. Consultadas acerca del motivo que llevó a organizar diferentes movilizaciones (que luego se unificaron en la puerta de la Legislatura Provincial), las representantes de ambos grupos expresaron su punto de vista.

Jennifer Gil, coordinadora de Mumala en Mendoza, destacó que si bien los reclamos eran los mismos (basta de femicidios y desapariciones e igualdad laboral respecto del varón, entre otros), surgieron diferencias políticas específicas respecto de las agrupaciones que lideraron la marcha simultánea.

“La gran mayoría son agrupaciones K y por lo tanto en su discurso no dejan en claro la falta de aplicación que hubo en los años anteriores en relación a las políticas destinadas a la protección integral de los derechos de la mujer”, aclaró Gil.

Por su parte, Sara Gutiérrez, integrante de la agrupación La Machi, que a su vez forma parte de la Asamblea de Mujeres de Mendoza, sostuvo que en realidad Mumala integra el brazo político de Libres de Sur y, por lo tanto, sus representantes no están de acuerdo con visibilizar las deudas pendientes del actual gobierno de Alfredo Cornejo.

“No hablan de la falta de presupuesto, ni de la disparidad de sueldos, ni la falta de refugios para las mujeres víctimas de violencia en la provincia”, dijo a Los Andes Gutiérrez, antes del inicio de la multitudinaria marcha que arrancó en el nudo de José Vicente Zapata y Costanera y continuó por Colón. Luego siguió hasta la Casa de Gobierno y más tarde bajó por Patricias Mendocinas hasta la Legislatura.

Al ritmo de bombos y cánticos, unas 10 mil personas se autoconvocaron con la idea de adherir al paro internacional de mujeres. El movimiento Pan y Rosas encabezó la extensa movilización que fue secundada por la agrupación La Cámpora.

También estuvieron con sus banderas el Frente de Izquierda, el plenario de Trabajadores, la Corriente Política y Social de Las Heras, el Partido Obrero, la Unión de Trabajadores sin Tierra y hasta el Sindicato de Correos, entre otros.

Entre los presentes, tampoco faltaron mujeres comprometidas con la causa. Laura Quevedo (32), por ejemplo, fue una de las mendocinas que decidió asistir a la marcha para dar a conocer que la violencia obstétrica es una de las formas más comunes de la violencia contra la mujer. “Existe mucho desconocimiento”, dijo la integrante de Alumbra.

Fabiana Túñez, Consejo Nacional de Mujeres: "Los estereotipos perduran y reproducen las desigualdades"

Según destacó la funcionaria nacional (ex titular de la Casa de la Mujer), uno de los grandes desafíos que atañen a los argentinos como sociedad tiene que ver con lograr la deconstrucción de modelos estereotipados respecto del rol femenino y masculino, y que durante décadas se han impartido en función de la cultura machista.

“Estos estereotipos aún perduran y hacen que las desigualdades respecto de la mujer se sigan reproduciendo en todos los ámbitos”, explicó Túñez.

¿Qué alternativa propone? “Creo que avanzar en cada uno de los derechos de las mujeres en el corto y largo plazo implica reformas desde lo político y también desde lo cultural y familiar. Una de las consignas clave en este sentido tiene que ver con lograr que los temas de género sean impartidos desde el ámbito educativo, desde el jardín de infantes hasta la universidad. Por eso, uno de los objetivos a corto plazo es trabajar con las diferentes provincias para que este aspecto sea instaurado en las escuelas desde 2018. Esperamos poder trabajar los contenidos curriculares y capacitar a los docentes, de manera que la educación sea impartida bajo esta nueva mirada”.

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