La mano de Lío ya se nota en la Selección

Lionel Scaloni, que tuvo su debut como técnico, mostró que se puede jugar bien y dejó algunas muestras de sus ideas futbolísticas.

La mano de Lío ya se nota en la Selección
La mano de Lío ya se nota en la Selección

El fútbol está lleno de ejemplos de jugadores que llegaron a convertirse en técnicos por un error o una necesidad y terminaron demostrando sus cualidades.

En los últimos tiempos son casos emblemáticos Diego Simeone (dejó de ser jugador de Racing para dirigirlo en medio de una crisis) o Matías Jesús Almeyda (tomó la dirección técnica de River cuando el Millo tuvo que jugar la B Nacional). Lionel Scaloni era un desconocido para el fútbol argentino como orientador.

De hecho, nunca hubiera llegado a la Selección si Sampaoli no lo hubiera nombrado como tabla de salvación para no ir a dirigir el torneo de L'Alcudia, pero Lionel terminó demostrando en la noche del viernes que tiene claras sus ideas y hasta derribó varios mitos con los que los técnicos de las selecciones suelen tapar sus propias ineptitudes.

1. Cuatro días fueron suficientes. Scaloni los juntó el lunes y el viernes el equipo mostró que entendió su estilo de juego. Se cae así el argumento de que sin tiempo de trabajo es imposible poder hacer jugar al equipo, una máxima que han tenido todos los técnicos de la Selección hasta el momento.

2. Cada uno en su lugar. Una receta tan vieja como el fútbol es no inventar. Y así lo hizo Scaloni parando un 4-3-3 clásico, bien del gusto del hincha argentino, con dos laterales que son laterales (Saravia y Tagliafico) y pasaban al ataque cada vez que tenían la posibilidad. Un cinco bien patrón en el medio como Paredes, que no sólo recupera sino que se convierte en el iniciador de los ataques por su buen pie.

Nada de doble o triple cinco como inventan muchos. Dos volantes por afuera con capacidad para desbordar como Giovani Lo Celso y Ezequiel Palacios, aunque acá sorprendió cambiándole el perfil para que se sientan cómodos a la hora de encarar para adentro, que es lo que se necesita. Adelante, dos extremos que pueden romper líneas por su rapidez física y mental (Pity Martínez y Cristian Pavón) y un 9 de área (nada de falso nueve) como Giovanni Simeone.

3. Las famosas sociedades. Ya sea por la izquierda o por la derecha, el equipo siempre intentó juntar gente para triangular y ganarle al rival con precisión. Los laterales se unieron siempre al carrilero y al extremo de su lado para iniciar las jugadas. Es verdad que Guatemala no atacaba como para preocupar, pero lo importante es la idea base.

4. Sacrificio y compromiso. Cuando no tenía la pelota, todo el equipo trabajó para recuperarla y en casi todos los momentos, los once jugadores estaban detrás de la línea de la pelota cuando ésta era propiedad de Guatemala. Cuando se la recuperaba, la idea era darle rápido traslado. Nada de toques intrascendentes, como ya nos estábamos acostumbrando.

La idea está planteada y entusiasma. El martes, frente a Colombia, que se supone es un rival más complicado, habrá que ratificarla. Pero por ahora, la nueva selección no extraña a los históricos.

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