A nivel nacional hay un grupo de entendidos en derecho penal que están en la tarea de modificar el Código Penal. Algunos de esos expertos llegaron a Mendoza, encabezados por quien los lidera, Mariano Borinsky, y se reunieron con el gobernador Alfredo Cornejo.
No es un secreto que una de las obsesiones de Cornejo es el combate a la inseguridad y en la charla se colaron algunas de las ideas que ya se vienen barajando en Mendoza, pero también se metió un hecho de agenda que trascendió los límites provinciales: propuso que se consideren delitos para poder meter presos a quienes atenten contra la flora y la fauna.
Así es que los 34 cóndores muertos hace algunos días podrían introducirse en el futuro Código.
En las viejas ideas que Cornejo viene machacando en Mendoza y pretende que se transformen en figuras penales que merezcan la cárcel está una que ya tuvo un debate local: la portación de armas.
Cornejo pretende que el futuro Código no distinga entre armas de guerra y de uso civil y que llevar cualquiera de ellas en la calle sea un delito.
Otra de las propuestas que puso Cornejo sobre la mesa se refiere la figura del encubrimiento. Suele suceder que cuando un delincuente es pescado in fraganti con algo robado, dice que ese bien lo compró.
Es normal que los jueces apliquen en este caso la figura de encubrimiento para penalizar de alguna manera, pero la pena es tan baja que nadie va preso.
En palabras del ministro de Seguridad, Gianni Venier: "Pedimos una elevación de todas las penas del encubrimiento y que en caso de que el producto robado haya sido sustraído con armas, que se aplique como agravante".
Así, cualquier persona a la que se le encuentre algo robado podría ir preso por encubrimiento, más aún si la cosa robada fue sustraída con violencia.
Venier indica que la idea primigenia es aplicarlo en los casos en que el "sorprendido comprador" es encontrado cerca de donde sucedió el robo, es decir cuando hay presunción de que el portador sea además el ladrón, aun cuando diga que lo compró.
Sin embargo, el ministro es consciente de que, de ser tenida en cuenta la sugerencia, la legislación terminaría sirviendo para desalentar la compra de objetos robados. A la larga, también serviría para combatir indirectamente los robos agravados.
Respecto de la portación de armas, Venier dice que “no podemos permitir que nadie ande con un arma, porque están destinadas a matar, robar, herir”.
Ya hubo en Mendoza un debate al respecto: en setiembre del año pasado el Gobierno mandó a la Legislatura un proyecto de ley para modificar el Código de Faltas de Mendoza, donde se establecen castigos menores por hechos que no constituyen delito, pero que afectan a la convivencia.
La reforma era para multar a quienes portaran réplicas de arma de fuego, objetos punzo-cortantes o cualquier otro que pudiera utilizarse para amedrentar a una posible víctima.
Ahora Cornejo quiere ir contra la portación de armas de fuego, que nadie vaya por la calle armado y pretende penalidad de cárcel para quienes lo hagan.
Por último, el Gobernador planteó penalidades para quienes emitan cheques de pago diferido y que no cumplan con el pago, una situación que suelen sufrir muchos, particularmente en la zonas agrícolas. Hay fallos judiciales en los que esta práctica no se consideró delito.
Una adecuación a las nuevas ideas del derecho
El Código Penal Argentino fue sancionado en 1921. Sin embargo, ha tenido una inconmensurable cantidad de leyes complementarias. Según la cuenta de Mariano Borinsky, el presidente de la Comisión de juristas que trabaja en la actualización, son 900 normas complementarias.
Algunas mencionadas largamente en las crónicas periodísticas, como la ley penal tributaria o la de lavado de dinero y otros activos, otras menos conocidas como el Código Aduanero que contiene las figuras penales del contrabando, o el Código Penal Militar. También los delitos ambientales son un marco legal aparte del Código Penal.
Una de las tareas de la comisión es armonizar todas esas leyes y transformarlas en una sola coherente.
No se trata de una tarea menor, porque el Código Penal es un catálogo de los delitos y el castigo que les corresponde. Es la letra que aplican los jueces penales.
Otra de las tareas de la comisión es adecuar los tipos penales a las nuevas ideas del derecho. Entre los puntos que se están trabajando está la figura de la víctima del delito, las nuevas formas penales de los delitos de los funcionarios públicos y la posibilidad de la recuperación de los bienes perdidos por el Estado, así como también incluir como delito las "coimas" entre privados.
Otra de las cosas que se discuten es qué hacer con la "presunción de legítima defensa", un tema que empezó a agitarse con el caso del policía Luis Chocobar.
Consultado Borinsky por el debate del aborto no punible, recordó que la Corte Suprema ya zanjó la cuestión y será esa sentencia la que será respetada en el nuevo Código Penal.
