La ciudad de Kazán quedará en la historia futbolística mundial como el Cementerio de los Elefantes, ya que en ese estadio fueron eliminados nada más y nada menos que tres antiguos campeones: Alemania, Argentina y Brasil.
La tranquila capital de la región de Tartaristán, ubicada a unos 800 kilómetros de Moscú y con una población de 1,2 millones de habitantes, albergó seis partidos en la cita mundialista, cuatro de la fase de grupos, uno de octavos de final y otro de cuartos.
Durante tres semanas, desde el pasado 16 de junio, cuando se 'estrenó' el Kazán Arena en el Mundial con el duelo entre Francia y Australia (2-1), las coloridas y tranquilas calles de la capital tártara han dado la bienvenida a aficionados de 11 países diferentes: Francia, Australia, Irán, España, Polonia, Colombia, Corea del Sur, Alemania, Argentina, Brasil y Bélgica.
Del vallenato de los colombianos a la bossa de los brasileños, pasando por la pasión de Argentina, los cánticos de España o el júbilo de coreanos e iraníes: todos han hecho parada obligada en Kazán.
El moderno Kazán Arena, que tardó tres años en construirse y reemplazó al vetusto Estadio Central como estadio principal de la ciudad, se edificó para satisfacer las necesidades del equipo local, el Rubin Kazán, y para la Universiada de 2013, ya que sobre su verde se celebraron las ceremonias de apertura y clausura.
También se utilizó en los Mundiales de Natación de 2015 y en la Copa Confederaciones del pasado verano, albergando cuatro encuentros, uno de ellos de semifinales entre Portugal y Chile.
Un año después, el moderno recinto, con capacidad para casi 45.000 espectadores, echa el cierre como una de las sedes más reconocidas del Mundial de Rusia. La capital tártara ha sido uno de los lugares en los que más sorpresas se han vivido en el torneo, y de los cinco campeones que jugaron sobre su verde, cuatro ya están en casa.
Sólo Francia y España -aunque 'La Roja' fue eliminada en octavos de final por Rusia- superaron la “maldición de Kazán”. Los hombres de Didier Deschamps disputaron dos partidos en la ciudad del Volga: en la primera jornada de la fase de grupos, cuando vencieron con apuros a Australia, y en su duelo de octavos, en el que apearon del torneo a la Argentina de Lionel Messi (4-3).
España salvó también por poco el envite tártaro, y fue aquí donde ganó su único partido en el Mundial: un pobre 1-0 sobre la débil y ultradefensiva selección de Irán. Colombia fue otra de las que ganó en el Kazán Arena; se impuso 3-0 a Polonia en el que fue el mejor partido de los “cafeteros” en el torneo.
El resto fueron caídas de las campeonas. Empezó Alemania, que consumó su debacle mundialista a manos de Corea del Sur (0-2), siguió Argentina, en la ya mencionada derrota ante Francia (4-3) en octavos, y la última fue Brasil, la 'canarinha', que se vio sorprendida el viernes por la noche por Bélgica en su duelo de cuartos de final (1-2).
Así, tres semanas después de su primer partido mundialista, el Rubin Kazán recupera ahora su estadio, en el que han jugado algunos de las estrellas más rutilantes del panorama futbolístico, como Messi, Neymar, James, Griezmann, Iniesta, Özil o Hazard, de cara a la próxima temporada del fútbol ruso, que arranca ya en un par de semanas.