La luz juega un papel central en nuestras vidas. Su estudio ha dado lugar a fuentes de energía alternativas, avances en la tecnología de diagnóstico y tratamientos. La investigación y el desarrollo impactó en nuestra sociedad a través de la aplicación de diversas tecnologías. El Día Internacional de la Luz (Unesco) se celebra el 16 de mayo de cada año, conmemorando el aniversario de la primera operación exitosa del láser. Pone de relieve el papel de la luz en la ciencia, la cultura y el arte, la educación y el desarrollo sostenible. (https://www.lightday.org/).
El valor para los humanos
Nuestro planeta tiene ciclos de luz-oscuridad de 24 horas. Esta condición definió nuestra relación con el entorno desde los orígenes de la humanidad. A esta adaptación día-noche evolucionamos por millones de años. Nuestro sistema visual desarrolló su eficacia a la luz natural, con efectos sobre nuestra fisiología y comportamiento. Hace menos de 200 años, el progreso técnico permitió una independencia de la luz natural a través de la masificación de la iluminación artificial. Aunque la luz eléctrica ha sido beneficiosa, también ha cambiado nuestros entornos. Hay dos razones principales para estos cambios: en primer lugar, la relativa independencia del ciclo natural de luz y oscuridad posibilitó las condiciones laborales y de vida las 24 horas, los siete días de la semana. En segundo lugar, la luz artificial permitió trabajar independientemente de la luz natural. Cada vez hay más evidencias de que estos cambios tienen consecuencias para la salud y el bienestar. Por otra parte, esa posibilidad de iluminar con electricidad siempre y todo lugar, tiene un costo energético, tecnológico y en generación de residuos, que se ha vuelto no sostenible. Estas problemáticas dieron lugar al redescubrimiento de la iluminación natural, entre otros campos, en diseño sustentable del hábitat.
Lo natural y la diferencia
La principal diferencia con la luz artificial es que la natural es dinámica, cambiando de intensidad, color, difusión y dirección a diferentes horas del día, de los días y del año en función del clima. La dinámica de la luz natural hace posible la sincronización circadiana (ciclo día-noche), impacta en el estado de ánimo y de alerta, nos da información del paso del tiempo e impacta en nuestra salud. Recientemente, en el contexto del Covid-19, diversos trabajos recomiendan exponerse a la luz del sol en horarios adecuados para estimular la síntesis de la vitamina D para reforzar el sistema inmunológico.
Iluminar con luz natural combina una alta satisfacción de los ocupantes con el entorno visual, perceptual, y térmico con un bajo consumo de energía. En resumen, puede ser mejor iluminación y más económica.
El sol y el cielo
En el grupo de iluminación sustentable del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (Inahe) CCT-Conicet Mendoza, investigamos en el campo de la luz natural, desde su enfoque antropocéntrico hasta el energético, pasando por el diseño y la tecnología. Uno de los productos de nuestro grupo es la estación de mediciones de luz solar y cielo, que registra datos de iluminancia e irradiancia horizontal del sol y del cielo. Esto permite conocer la cantidad de luz que Mendoza dispone y su variación anual. La luz que llega a una superficie se mide en lux; para leer y escribir se necesitan 500 lux. Los valores medidos al exterior al mediodía en invierno alcanzan los 60.000 lux y, en verano, los 120.000 lux. La luz del cielo azul (tapando el sol) alcanza valores de 10.000 lux. Esta gran cantidad de luz natural en nuestra región presupone una autonomía para iluminar el hábitat de al menos 6 horas en invierno y de 8 horas en verano. Los ahorros energéticos en iluminación llegan al 80% en edificios de uso diurno (aulas, oficinas, bibliotecas).
Por la complejidad de la luz natural en climas soleados se destaca que: 1- El ingreso de luz natural en un espacio no es sinónimo de iluminación natural. Esta última requiere de un diseño y cálculo preciso para lograr eficacia visual, confort visual y térmico. Existen estrategias de diseño de iluminación natural para cada clima luminoso. 2- Más vidrio no es más iluminación. La orientación, el tamaño y el tipo de vidrio pueden ocasionar en nuestro clima deslumbramiento y sobrecalentamiento y hace que los usuarios bloqueen las áreas transparentes y enciendan la luz artificial.
La luz natural y la hora del día
Se acerca el invierno y debemos recordar que en nuestra región no coincide la "hora oficial" con la "hora solar". Lo ideal para aprovechar el día es que la "hora solar" coincida con la "hora oficial". En 1920 Argentina adhirió al Sistema Internacional de los Husos Horarios fijándose el huso -4. Desde esa fecha hasta la actualidad se han realizado 55 cambios de la hora oficial, desde el huso -4 al huso horario 2. Actualmente nos regimos por el huso horario -3 con un desfasaje en Mendoza de aproximadamente 1 hora 30 minutos entre la hora solar y la hora oficial. Desde el sector científico local, hemos mostrado las ventajas de que coincida la hora del reloj con la hora solar. Iniciar las actividades diurnas "de noche" (escuelas, oficinas) desincroniza nuestro reloj biológico y ocasiona impactos psico-fisiológicos, así como impactos energéticos y ambientales. Si queremos aprovechar la luz natural gratuita y beneficiosa, el huso horario -4 es más adecuado.
Resumen
Necesitamos luz en el momento correcto y del tipo correcto. Nuestro sistema visual se desarrolló a la luz natural por lo que está mejor adaptado a ella. La luz artificial inundó nuestros espacios y horas en forma extrema. Con algunas adecuaciones de iluminación integral de espacios podemos mejorar nuestra eficiencia, eficacia y bienestar: apagar la luz artificial cuando no es necesaria; ajustar el reloj oficial con el solar; mejorar los diseños de iluminación natural en función del clima luminoso local y desarrollar métricas e indicadores específicos para la iluminación natural que puedan ser incorporados en códigos de construcción y normativas. Un diseño de iluminación natural adecuado al clima combina una alta satisfacción de los ocupantes con un bajo consumo de energía para iluminación, calefacción y refrigeración.