"Hoy somos muchas y muchos tratando de aportar algo constructivo contando mi historia. No cuento mi historia porque sea única, sino justamente porque no lo es.
"La cuento porque aunque me dé miedo exponerme a todo lo que viene por hablar, sé que es más caro el precio de callar. No se callen. Me carcomió mucho tiempo, dañó mi autoestima, mis vínculos, mi seguridad en el trabajo. Por eso hablo. Porque ya estuvo demasiado tiempo adentro alimentándose de mis vísceras.
"Hablo para sacarlo de este cuerpo y ponerlo sobre la mesa para que también genere cosas en los demás, ojalá genere conciencia. Ojalá te ayude si te está pasando algo parecido. Ojalá te haga preguntarte si alguna vez te dijeron 'no' pero insististe. Ojalá no le pase a nadie más..."
Así de crudos, contundentes y conmovedores fueron los párrafos del “hilo” que Thelma Fardin escribió en su muro de Twitter luego de la denuncia pública contra el actor Juan Darthés.
Conmovedores en su sentido más fiel, ya que este vocablo proviene del latín “commovere” compuesto por el prefijo “con” de “cum” y “movere” que significa mover.
“Poner en movimiento”, “suscitar”, “impulsar”, “agitar” son algunos de los significados que se le atribuyen al término que aparece en el diccionario de la Real Academia Española desde fines del siglo XVIII.
Eso es lo que lograron las palabras de Thelma:
- Agitaron las aguas dentro del ambiente del espectáculo tal como sucedió en Estados Unidos y el resto del mundo con el #MeToo... Si bien el acusado rompió el silencio y negó los hechos, los actores que el año pasado habían desconfiado de la denuncia por acoso de Calu Rivero que tenía como protagonista también a Darthés se mostraron arrepentidos, pidieron disculpas públicas a la actriz y se solidarizaron con ambas artistas.
En la misma conferencia en que se hizo pública la denuncia, se presentó la primera Encuesta de Trayectorias Laborales realizada por la Fundación Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes). Según los datos, 75% de la actrices consultadas afirmaron haber recibido “malos tratos”, mientras que 66% reconoció haber sido víctima de una situación de “acoso sexual” en sus lugares de trabajo.
Allí también, 50% de las actrices que interpretaron escenas sexuales aseguró haberse sentido incómoda mientras que 17% de los varones manifestó alguna incomodidad. En ambos casos el motivo principal son compañeras o compañeros que no respetaron lo acordado, ambientes de filmación irrespetuosos en mujeres y poco cuidado del equipo en varones.
- Suscitaron sentimientos, dudas, opiniones entre los argentinos en general... Mientras algunos se preguntaron o se preguntan ¿por qué no hizo la denuncia antes?, ¿por qué fue a su habitación?, ¿dónde estaban sus padres?, ¿por qué no se lo contó a nadie?, ¿por qué todas quienes acompañaban en la conferencia de prensa tenían pañuelos verdes?; otros piensan en ¿cómo hizo para vivir con este dolor todos estos años?, ¿se puede superar ese momento?, ¿cómo se hace para seguir con la vida como si nada?
- Impulsaron a que más chicas y chicos tomaran valor y se animaran a contar eso que durante tanto tiempo escondieron en su interior y trataron de olvidar (al punto que el 144, línea Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil registró un aumento del 240%, "de 16 llamadas recibidas el lunes a 55 recibidas el miércoles", según informaron a Télam desde el programa 'Las víctimas contra las violencias' del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación)....
Como consecuencia, el #MiráCómoNosPonemos y el #NoEsNo inundaron las redes sociales con testimonios desgarradores, pero también con una lista interminable de varones -muchos de ellos adolescentes y otros no tanto. Bajo la consigna #AlMachoEscracho se han subido fotos, mensajes de WhatsApp y nombres propios para que al menos pidan perdón por lo que hicieron.
“Inclusive si piensan que no hicieron nada, pidan perdón. Han naturalizado tantas cosas que seguramente piensan ‘no es para tanto’. Bueno sí, sí es para tanto”, advierte una de las mendocinas que está al frente de esta cruzada que tantas otras jóvenes le agradecen, a la vez que muchos otros critican.
Es que se transforma en un arma de doble filo, porque así como hay tantas denuncias legítimas, la plataforma digital se presta también para la exposición maliciosa que atenta contra los tristes episodios, ya que extienden un manto de dudas sobre los casos reales.
“Compañeras usemos el escrache con responsabilidad... Dediquémonos a escrachar a quienes abusaron, golpearon y violaron a las pibas”, admite la misma mendocina que promueve la lista de “machos/abusadores de Mendoza”.
La movida salió a las calles con silbatazos contra la violencia sexual. “Si no hay justicia, hay escracho”, rezaba uno de los carteles y es que aunque los especialistas dicen que hay que creerle a la víctima, a veces es largo el camino para que se pruebe que realmente hubo acoso, por ejemplo, mientras el acusado sigue con su vida normalmente.
Los escenarios son angustiantes: una hija o un hijo pueden resultar víctima; un hijo puede comportarse como acosador; un hijo puede ver su nombre injustamente manchado.
Un delito y una conducta
La lucha no es cuestión de pañuelos ni de partidos políticos ni de colectivos específicos.
La lucha es de toda la sociedad contra un delito. “Los delitos contra la integridad sexual son aquellos que atacan la libertad y la voluntad sexual de una persona. Se trata de agresiones sexuales que atentan contra la integridad, la privacidad y la identidad de las personas”, según la definición del Código Penal de la Argentina entre los que se incluyen: abusos sexuales (abusos sexuales agravados), promoción y facilitación de la prostitución, corrupción de menores, proxenetismo agravado y rufianería, difusión de imágenes y espectáculos pornográficos de menores,exhibiciones obscenas, sustracción o retención de una persona con la intención de menoscabar su integridad sexual, ciberaocoso sexual infantil o grooming.
Pero también es una lucha contra una conducta que durante años estuvo naturalizada. Esa conducta cuasi animal que caracteriza a los varones como seres que en determinados momentos pierden su capacidad de raciocinio para ser comandados por la “necesidad” de satisfacción sexual.
En puntos
Para que se considere abuso sexual es necesario:
- Una conducta abusiva de contenido sexual.
- Contacto corporal directo entre el agresor y la víctima.
- Que este contacto físico afecte las partes sexuales del cuerpo de la víctima.
- Ausencia de consentimiento en la víctima respecto del acto sexual en que se ve involucrada.