La lucha contra la polilla de la vid

La lucha contra la polilla de la vid, que afecta a unas 130 mil hectáreas en la provincia, debe iniciarse lo más pronto posible. Se debe advertir a los productores sobre los peligros del uso de agroquímicos para combatirla. El Gobierno nacional debe cu

La lucha contra la polilla de la vid

Octubre es un mes clave para la vitivinicultura. Es el momento en que las grandes cadenas de supermercados comienzan a stockearse con motivo de las Fiestas y, por consiguiente, aumenta la demanda de vinos, mientras paralelamente es fundamental para la próxima cosecha en razón de que es el mes bisagra en lo que a fenómenos climáticos se refiere, como por ejemplo los daños por las posibles heladas tardías. Sólo como ejemplo podríamos señalar que la última helada “tardía” que hizo un daño enorme a la industria se produjo el 4 de noviembre de 1992 y que provocó que en Mendoza se cosecharan sólo 9 millones de quintales. Octubre es, al decir de la gran mayoría de actores de la industria, el mes en que se toman las decisiones.

En ese esquema de “seguridades” que necesita la actividad para funcionar convenientemente, uno de los aspectos a considerar es el referido a la lucha contra la polilla de la vid. Es un tema fundamental porque ese combate debe ser realizado a través de sistemas específicos. Así lo señaló días pasados el propio titular del INV, Carlos Tizzio, quien destacó que resultaba necesaria la lucha a través de la utilización de feromonas, ya que el combate con agroquímicos podría resultar perjudicial en la salida de vinos al exterior porque cualquier “residuo” podría provocar que un país imponga trabas al ingreso de vinos argentinos.

Pero resulta ser que ese combate a través de feromonas es muy caro para muchos productores. Un estudio realizado por el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este permitió conocer que cada “percha” de feromonas tiene un costo de 0,52 de dólar y se necesitan entre 300 y 350 “perchas” por hectárea para que el combate resulte efectivo. “Ante esa situación, no resultaría extraño que algunos productores inicien el combate con agroquímicos”, arriesgan a señalar algunos dirigentes, quienes coincidieron en indicar que ante esta situación el Estado debe iniciar una campaña inmediata de concientización, advirtiendo sobre los perjuicios que podrían generar a la industria en general.

Días pasados, durante una reunión a la que asistieron funcionarios provinciales y representantes de los principales sectores de la industria, el ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, Ricardo Buryaile, se comprometió a adelantar el pago de 22 millones de dólares, previstos en el Presupuesto 2017, a los efectos de que los productores puedan iniciar ahora la lucha contra la polilla, utilizando feromonas. Se indicó que con ese dinero se podrán cubrir las 130 mil hectáreas afectadas por la plaga y destacan que en otros países ese tipo de lucha ha dado excelentes resultados. Se señaló, por ejemplo, que en Chile ya prácticamente no existe, mientras en Estados Unidos se había considerado que en cuatro años el país quedaría exento de plaga y a los dos años -dos antes de lo previsto- ya no había lobesia entre los viñedos. Cabría advertir sobre este aspecto que el aporte constituye en los hechos una deuda que el Estado nacional tiene para con la provincia, en razón de que el ingreso de la plaga al país surgió como consecuencia de errores en los controles que debió efectuar el Senasa cuando Chile advirtió sobre la presencia de lobesia en la zona de Los Andes.

La lucha contra la polilla de la vid es fundamental para la industria. Cabría señalar en este aspecto que este año el daño que produjo en la producción llegó a un 30 por ciento de las 130 mil hectáreas afectadas y en algunas fincas alcanzó un 70 por ciento. El foco de mayor presencia se ubica en 40 mil hectáreas ubicadas en Luján, Maipú, Rivadavia, San Martín y Tupungato, mientras en el resto de los departamentos las pérdidas alcanzaron al 15 por ciento.

La campaña debe iniciarse de inmediato y comenzar advirtiendo a los productores sobre los peligros futuros que significa la utilización de agroquímicos, mientras paralelamente se debe insistir sobre las autoridades nacionales a los efectos de que se acelere el envío de la partida prometida, manteniendo la asignación en futuros presupuestos hasta que la plaga haya sido erradicada.

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