Víktor Frankl, creador de la tercera escuela de psicoterapia de Viena después de Freud y de Adler, nombró a “Mendoza, capital de la Logoterapia”, en 1986, cuando se lo designó “Huésped de Honor”, por iniciativa del intendente de la ciudad, Julio César Rivera (recientemente fallecido).
El médico vienés se preguntaba “por qué siendo Mendoza la que impulsó el movimiento de la logoterapia, fue la tercera ciudad en visitar, después de Porto Alegre y Buenos Aires”. Él respondía con una analogía afín a su pasión y práctica del alpinismo: “En el montañismo siempre se empieza por lo más bajo hasta alcanzar las más altas cumbres como el cerro Aconcagua, que custodia a Mendoza”.
Las razones de este nombramiento obedecían a la labor realizada a favor de esa disciplina en la capital andina. En 1982, cuando profesionales de Buenos Aires preguntaron a Frankl “en qué país se puede aprender logoterapia en español”, el maestro vienés respondió: “Mendoza es el único lugar donde se enseña logoterapia en español, en grupos coordinados por el doctor Omar Lazarte”.
Alfried Längle, médico psicoterapeuta y biógrafo de Frankl, señaló que Lazarte fue el discípulo que tuvo la colección más numerosa de cartas dado el contacto epistolar que estableció por más de treinta años con el médico vienés. También hizo una revisión de la versión en español del libro “La idea psicológica del hombre” de Frankl. El propio autor le pidió que hiciera un prólogo que fue publicado en Madrid (1985, Rialp). Lazarte comentaba en 2011: “Al pasar de los años he visto que lo más importante y conocido de mi actuación pública es lo referente a nuestro aporte inicial al movimiento de la logoterapia que sigue teniendo vigencia en América Latina, con sus distintas variantes pero todas muy útiles a la visión filosófica del hombre, la educación en valores, la Psicoterapia misma y la Psicología preventiva”.
Hace siete años en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo presentamos, junto a autoridades y profesores, el libro “La creatividad y el sentido de la vida” referido a la trayectoria académica y científica del doctor Omar Lazarte. Ante su reciente partida física el pasado 4 de octubre, a los 98 años, es oportuno recuperar en estas líneas parte de aquella investigación biográfica y su aporte científico-humanista.
Trabajó por más de cincuenta años como médico psicoterapeuta (con orientación analítico-existencial y logoterapeuta) en la atención a pacientes en su consultorio. También actuó en ámbitos científicos y académicos provinciales, nacionales y de Brasil. Fue Profesor de la cátedra de Psicología Médica de la UNC; secretario Científico y presidente de la Sociedad Argentina Asesora en Salud Mental (Saasmen); co-fundador de la Sociedad Mendocina de Logoterapia y de la Sociedad Argentina de Logoterapia; organizador del Primer Congreso Íbero-americano de Psicología Médica y Psicoterapia y del Primer Congreso Argentino de Logoterapia, con la presencia en Mendoza de Viktor Frankl (1986); vicepresidente 1º del XV Congreso Latinoamericano de Psiquiatría (Buenos Aires, 1987) que fuera presidido por Diego Block; y vicepresidente del Congreso Mundial sobre Estados Depresivos, realizado en Mendoza (octubre de 1990); miembro de la Comisión de Ética de la UNCuyo (1992).
El puente de unión entre su labor de médico psicoterapeuta y su tarea pública fue llevar la visión antropológica integral del hombre (incluye el nivel biológico, psicológico, social y noológico o espiritual) a la medicina y a la psicoterapia.
Tenía una condición natural y muy adecuada a su profesión: transmitía entusiasmo a través del diálogo y de su mirada optimista de la vida. Algunos ejemplos pueden ilustrar ese “don del entusiasmo”. Su amigo de toda la vida, el doctor José Culotta, iba a la casa de Omar y decía: “Vengo a verte para cargar la batería”; el doctor Juan Rojo Moreno de Valencia, España, en su libro “La enfermedad depresiva”, escribe: “Mi mayor reverencia hacia mi amigo y maestro, profesor Omar Lazarte, que avivó la fuerza interna para escribir este libro, en la conversación que tuvimos en Mendoza hace unos años”.
Lazarte reconoció cómo habían influido en su vida los valores humanistas y científicos de su propio padre, el médico y sociólogo Juan Lazarte, que desenvolvió su labor en Córdoba, Buenos Aires, San Genaro y Rosario. En esta última ciudad un Instituto Universitario de Salud lleva su nombre. También reconoció la influencia de Santiago Bovisio, Emilio Mira y López y Viktor Frankl. Sobre las enseñanzas del primero publicó “Una Nueva Dimensión de Vida” y sobre Mira escribió el prólogo, en representación de los discípulos latinoamericanos, del libro de Luis Miguel Iruela, “Psiquiatría, psicología y armonía social: la vida y obra de Emilio Mira y López”, (Un. de Barcelona, 1993). Su labor en la logoterapia y las enseñanzas recibidas de Frankl están sintetizadas en la obra citada “La creatividad…” (2011, declarada de interés por el Senado de la Nación).
La capacidad de síntesis y de diálogo es una de las cualidades de las mentes del siglo XXI y necesaria para hacer frente a los nuevos desafíos, según lo afirman educadores como Howard Gardner, Edgar Morin, Santiago Bovisio, entre otros. Omar Lazarte aportó su pensamiento sintético y trascendente, su labor médica y docente, su personalidad creativa y entusiasta para que los seres humanos busquen y encuentren, por sus propios medios, su sentido de vida.