La lluvia constante complica la tarea de Vialidad en el Este

El agua se llevó por segunda vez un puente en Rivadavia y se retrasa el asfalto para una calle vital en Junín. Problemas de acceso a escuelas.

La lluvia constante complica la tarea de Vialidad en el Este

Con más o menos intensidad, las lluvias no dan tregua y, en el Este, el fenómeno climático complica también la tarea de Vialidad, generando en algunos casos retrasos en el inicio de obras largamente prometidas y en otros, volviendo intransitables caminos y puentes.

La calle Delfín Álvarez es un ejemplo de lo primero: está en Junín, tiene 1.600 metros de longitud y significa una alternativa para miles de vecinos que buscan salir a la ruta 7, pero quieren evitar cruzar el centro de San Martín.

Pero es de tierra y el asfaltado para esa calle estratégica, que nace en La Colonia y que conecta con el carril Corvalán, ha sido promesa de los gobiernos municipales desde hace por lo menos 20 años; en 2012 se llegó al extremo de talar la totalidad de la larga arboleda que custodiaba la longitud de la calle, bajo la promesa de que la obra era inminente, pero tampoco se realizó y el entonces titular de Vialidad, Enrique Soler, admitió que en realidad no habían fondos suficientes para la obra.

Este año y tras una nueva reunión entre Vialidad y la comuna de Junín, se llegó a un acuerdo para realizar la imprimación de asfalto de esa calle, donde Vialidad pone el material para la obra y el municipio el transporte y parte de los obreros.

Los trabajos deberían haber comenzado hace un par de meses e incluso parte del material pétreo ya fue descargado en el lugar, pero la obra no arranca debido a las lluvias, que mantienen la calle en un casi permanente barrial.

En Rivadavia, la lluvia tampoco da tregua a Vialidad y, por segunda vez en cinco meses, la crecida del Tunuyán Inferior se llevó un puente que une zonas productivas en Santa María de Oro. Desde el domingo, un grupo de vecinos, viñateros y docentes que viven o trabajan al sur de ese río, quedaron nuevamente aislados y se ven obligados a dar un gran rodeo de más de 20 kilómetros.

El puente en cuestión estaba al sur del pueblo de Santa María de Oro, por calle Liniers, y servía para cruzar el río Tunuyán y conectar, del otro lado, con las calles de tierra: Nueva Gil y Manen, una zona netamente productiva de la región donde también está la escuela primaria 1-432 Presbítero Olguín.

"Hicimos un puente precario con la idea de restablecer el tránsito por el lugar, mientras se avanza en una solución más de fondo", explicó Juan Alberto Escudero, funcionario de Vialidad en el Este y siguió: "Habíamos puesto en su lugar los caños que forman el puente y también la mayor parte del material que se llevó el agua, pero una nueva crecida del río durante este fin de semana volvió a llevarse el puente".

Lo grave es que por ahora no hay fecha para volver a recuperar el cruce: "Por las lluvias, el lugar es muy inestable y aunque en la superficie puede parecer firme, las máquinas que deben reconstruir el puente se hunden debido a la permanente humedad que existe en el suelo", agregó Escudero.

Vialidad estuvo trabajando turno corrido para acondicionar los caminos de cinco escuelas rurales, de San Martín y Santa Rosa, cuyos directivos suspendieron las clases el lunes porque, aseguraban, no se podía llegar hasta los establecimientos. "Se pudo solucionar y las escuelas volvieron a clases, aunque las lluvias siguen y no deja de ser un problema", cerró Escudero.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA