No todo es diferencia entre el radicalismo y el peronismo, al contrario en uno de los temas más importantes como es el sistema electoral a utilizar, coinciden como almas gemelas en los hechos. Ambos sostienen en estas elecciones venideras, la lista sábana.
No importa que mundialmente, doctrinariamente, todas las organizaciones que se dedican a la mejora de la institucionalidad opinen que la lista sábana es tramposa, fraudulenta, antidemocrática, onerosa, clientelista, creadora de legisladores y concejales sumisos y cuanta maña se pueda ocurrir; a su vez, no he encontrado ninguna opinión que diga que es fantástica.
A pesar de todo este bagaje negativo que puede evitarse con leyes vigentes que regulan la boleta única, ambos partidos -en especial el que tiene la facultad de aplicarla con el silencio cómplice del otro- mantienen la lista sábana.
Como hizo con el decreto de promulgación de la caducidad de las reelecciones, en ese caso por acción, el gobernador rompe reglas de ética republicana sobre cuando es oportuno una reforma electoral.
La transparencia de una decisión la da la oportunidad en que se toma, por eso cualquier reforma electoral hay que hacerla lo más lejos posible de las elecciones, al comienzo de la gestión o por lo menos en elecciones legislativas, así nadie pensará que el objetivo verdadera que se oculta detrás de la iniciativa es precisamente modificar alguna regla que pueda influir en el resultado del proceso electoral, como sostiene el analista Sergio Berensztein.
En franca contradicción institucional vemos que este gobierno se deshizo de elogios y promesas sobre la aplicación de la boleta única. Así surge en el Anexo ll de la plataforma electoral de Cambia Mendoza de 2015 en el Capítulo Desarrollo Político Institucional donde dice: “Formularemos un conjunto de propuestas las que creemos permitirán lograr ese mejoramiento y profundizar los valores republicanos impulsando una reforma política que tenga como objetivo prioritario incorporar la boleta única”.
Al inicio de su tiempo de gobernar, a través de su ministro Dalmiro Garay, en una nota a Los Andes el 31 de enero del 2016 titulada “Mendoza valora la aplicación de la boleta única”, se comprometían a aplicarla en 2017.
Pero hoy vemos la mutación política y al igual que sus opositores del PJ, se abrazan a la lista sábana para hacer uso de la dedocracia total, el “gran elector”, como se le dice elegantemente, afirma: “Yo pongo los candidatos y no le doy opción a la gente de elegir democráticamente al que crea mejor entre los distintos candidatos de todos los partidos, como lo permite la boleta única”.
Es de ética republicana la oportunidad en que se deciden las reformas electorales pero a estos socios no les importa mucho ya que vale todo para ganar las elecciones: lista sábana, promulgar una ley 9 años después cerca de un evento electoral, adelantar los elecciones o atrasarlas, no importan los costos, la gente, el deber ser o el sentido común, solo importa ganar.
Cuando hablo con la gente de este tema, salvo los fanáticos verticalistas de los partidos señalados, me dan la razón a la lógica republicana que les planteo, pero a la hora de los hechos aparece el temor a la represalia, no física, sino política o económica; no quieren enfrentarse con alguien que los pueda perjudicar.
Por eso sé que esta nota es un grito en el desierto, solo pretendo que recuerden que no están respetando en los hechos, con sus falsas promesas o atajos electorales, a la República, y que en algún momento eso se paga.
Pedro García Espetxe
DNI 8.456.087
