Diversas complicaciones oscurecieron ayer las posibilidades de Es Posible, que representa a los hermanos Rodríguez Saá en Mendoza: algunos de sus postulantes decidieron bajarse de la nómina por disidencias y el partido tiene problemas de financiamiento, que podrían llevarlo a dejar la carrera electoral. También se sumó una situación personal del candidato a gobernador, el empresario Carlos Ferrer, que fue denunciado en una red social por su hija.
Si bien aclararon que este último punto no influirá en la decisión que los integrantes de Es Posible pudieran tomar, hay altas probabilidades de que hoy la nómina completa sea retirada de las PASO del próximo 19 de abril “porque será muy difícil solventar la campaña”.
Así lo confirmó Ferrer, al señalar que el dinero que el Gobierno tiene destinado para este partido “es magro” y “difícilmente alcance para encarar toda la campaña”.
Agregó que el Ejecutivo “no ha entregado información sobre la disponibilidad de fondos”, y denunció que esa actitud “está asfixiando a los partidos chicos”. Los espacios audiovisuales que corresponderán a cada partido, se informó oficialmente, serán sorteados mañana.
Otro dirigente, el también empresario y precandidato a legislador Julio Totero corroboró la situación y adujo además que “el Gobierno no pagará la impresión de las boletas”.
Pero más allá de la cuestión económica, los candidatos de Es Posible provenientes de la Unión Empresaria de Mendoza confirmaron que no se postularán. “La UEM entiende necesario y vital la modernización, fomento y ampliación de la matriz productiva; pero ésta debe ser siempre respetando el marco legal, la sustentabilidad del medio ambiente, y compatibilizando la implementación de actividades que generen riqueza y trabajo”, firmaron, entre otros, Matías Cejas Goñi, Omar Fornetti y Leonardo Pasccon, aludiendo sin explicitarlo a algunos planteos pro mineros de Rodríguez Saá.
La otra complicación tuvo que ver con lo que la hija de Carlos Ferrer, Sofía, publicó en su página de Facebook. La joven, de 21 años, lanzó duras acusaciones contra su padre sobre maltrato, violencia familiar e intolerancia. “No quiero que este maltratador sea gobernador”, llegó a decir la joven. Ferrer lamentó que un hecho íntimo haya tomado estado público, prefirió no opinar sobre el asunto y dijo que las diferencias con su hija “siguen siendo una cuestión puramente privada”.
