Un 14 de setiembre de 1884, en un local de la calle San Martín abrió sus puertas la librería “El siglo ilustrado”. En la vereda de aquel negocio, se encontraban dos columnas con sus respectivos faroles iluminados por gas. Aquel era el alumbrado publico alimentado desde la planta de Fader.
Todavía no había llegado la electricidad a nuestra provincia. Una de esas lámparas, simbólica, brillaba esbelta ante el edifició de la nueva librería. Además, la vereda estaba cubierta por lajas y, en el otro extremo, gruesos tablones de madera servían para cubrir el antiguo canal Tajamar.
El ateneo cultural
La librería sirvió por mucho tiempo como el lugar cultural elegido por los mendocinos más distinguidos. En sus estantes cientos de libros hacían que los jóvenes intelectuales pudieran satisfacer sus inquietudes en literatura, ciencia, filosofía, o simlemente, desplegaran el placer de la lectura.
En poco tiempo, la sala del dueño, llamado Juan Verdaguer, generó una especie de ateneo popular. Todas las tardes los ciudadanos paseaban por la tradicional Alameda, recalando luego en aquel lugar. Había libros de toda clase que llegaban desde Francia, Gran Bretaña, España y otros países europeos.
A los pocos años, el fundador inquieto y arriesgado fue por más y estableció su propia imprenta y taller de encuadernación. Además, buscó conexiones con prestigiosas editoriales del Viejo Mundo, de las que fue centro de suscripciones.
Apostando a los libros
La editora “El Siglo Ilustrado” hizo que muchos autores locales llevaran sus manuscritos para verlos cristalizados en un libro. Algunos de ellos carecían casi totalmente de medios.
Por aquella imprenta pasaron grandes autores de nuestra cultura como Agustín Álvarez, filósofo de las nuevas ideas; monseñor Aníbal Verdaguer, hermano del fundador de la librería y autor de varias obras editadas en esa imprenta; Jorge A. Calle, con su libro “Los iluminados” ; el doctor Lucio Funes, autor de un sabroso anecdotario de costumbres mendocinas.
Además, Damián Hudson editor de “Recuerdos históricos de la provincia de Cuyo” ; el doctor Carlos Ponce; Julio Leonidas Aguirre, quien con el pseudónimo de ‘Franklin Harrow’, puso en prensa su “Sociología criolla”; Alfredo R. Bufano y Enrique Peralta Andrade, malogrado poeta y periodista.
Con el paso del tiempo, nuevas ediciones incorporaron a otros grandes como Leonardo Napolitano, Dionisio Chaca, Vicente Fino, Benito Marianetti, Mercedes Ruiz Vila, César Ponce y Julio Fernádez Peláez.
Se sabe que poco tiempo antes que la librería “El siglo ilustrado” cerrara sus puertas, el lector mendocino podía encontrar libros agotados que no se conseguían en otros comercios del ramo.
Los años ocultaron de la memoria aquella librería que fue el centro pujante de la cultura de Mendoza.