Impedimentos a la hora de informar, censura de la prensa, represión hacia los periodistas, persecuciones brutales e incluso asesinatos de reporteros que escriben contra narcotraficantes. Esta es la realidad a la que se enfrentan numerosos profesionales de los medios de comunicación en muchos países del mundo.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy 3 de mayo, recuerda esta situación y rinde tributo a todos los periodistas que por decisión profesional ponen en peligro sus vidas para informar.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) difundió recientemente la clasificación de la libertad de expresión, que cada año evalúa la situación del periodismo en 180 países.
En América Latina, RSF observó una ligera mejoría de la situación, aunque en numerosas naciones persisten problemas como la impunidad, la violencia contra los periodistas y las políticas autoritarias frente a la prensa.
A continuación, un recorrido por la situación de la libertad de prensa que se vive en varios países de América Latina, según RSF.
MÉXICO: México, que se sitúa en el puesto 147, está considerado un país realmente peligroso para los periodistas.
El año pasado fueron asesinados allí 13 reporteros y otros profesionales relacionados con los medios de comunicación, la cifra más alta en todo el mundo. Detrás de los asesinatos, que muchas veces se quedan sin resolver, están cárteles de drogas y políticos corruptos.
Las condiciones de trabajo de los periodistas también salen mal paradas. Muchos medios están controlados por empresarios acaudalados que quieren mantener buenas relaciones con los políticos. Además, muchos periódicos y emisoras dependen de los fondos públicos para publicidad.
Según cálculos del instituto de investigación Fundar, entre 2013 y 2016 el Gobierno mexicano destinó cerca de 1.600 millones de euros (1.900 millones de dólares) a publicidad, con la que los medios son premiados o castigados.
GUATEMALA Y HONDURAS: En Guatemala y Honduras, que ocupan los puestos 116 y 141 respectivamente, los periodistas de investigación que abordan temas relacionados con el crimen organizado y la corrupción, se enfrentan sistemáticamente a intimidaciones, amenazas y violencia física. A menudo se ven obligados a desplazarse para no morir. En 2017 un periodista fue asesinado en Honduras.
COLOMBIA: Colombia, que ocupa el puesto 130, sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas, donde son víctimas de agresiones y secuestros frecuentes.
Grupos armados, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), intentan acallar a los medios de comunicación alternativos o comunitarios que investigan sus actividades, generando mucha desinformación sobre todo en el entorno rural.
VENEZUELA: En Venezuela, que ocupa el puesto 143, la prensa independiente y la de oposición, al igual que los corresponsales de medios de comunicación extranjeros, son el blanco constante de la policía y de los servicios de inteligencia. Los periodistas sufren cada vez más agresiones, detenciones arbitrarias, así como la destrucción de sus equipos.
En 2017 también aumentó la censura directa del Estado que privó de frecuencia a numerosas radios y televisiones críticas. Por otra parte, la escasez de papel impidió a la prensa escrita de oposición poder desarrollar su trabajo.
CUBA: Cuba se sitúa en el puesto 172 y año tras año sigue siendo el país peor calificado del continente. El régimen castrista monopolizó casi por completo la información acallando las voces disidentes sirviéndose de la policía y de los servicios de inteligencia. Las autoridades persiguen a los medios de comunicación no autorizados por la Constitución y son habituales las detenciones de periodistas y blogueros.
Según la clasificación de RSF, Argentina se posiciona en el puesto 52, sin graves problemas. El mejor ubicado, en el 1° puesto, es Noruega. Y el peor, en el puesto 180, es Corea del Norte.
Atentado en Kabul: mueren 10 reporteros
La comunidad internacional expresó ayer su indignación por el ataque "atroz" y "deliberado" del que fueron víctimas 10 periodistas el lunes pasado en Kabul, la capital de Afganistán.
La ciudad se vio sacudida por un doble atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que dejó al menos 25 muertos, incluidos 10 periodistas. Entre ellos el jefe del servicio fotográfico de la AFP en Kabul, Shah Marai, de 41 años.
El primer ataque de Kabul estuvo dirigido contra la sede de los servicios de inteligencia afgano (NDS). En el segundo, un kamikaze que portaba una cámara se hizo estallar en medio de los periodistas que habían acudido a cubrir el ataque, según la policía.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) dijo que se trataba del ataque más mortífero contra la prensa desde la caída de los talibanes, en 2001.