Lo sucedido días pasados en Guaymallén, donde un perro de raza pitbull atacó a un niño de tres años y luego a su hermana de ocho, vuelve a poner en el tapete la situación planteada con una ley que regula la tenencia de ese tipo de animales, que fue votada en la Legislatura y que aún no ha sido reglamentada por el Poder Ejecutivo, a pesar de que han pasado más de ocho años desde su aprobación.
En ese marco de situación, el resultado de lo sucedido fue que el niño debió quedar internado en el hospital Notti para que lo curaran de sus graves heridas, mientras los perros quedaron en manos de sus dueños, a pesar de la fuerte crítica que surgió desde los vecinos de la vivienda.
La noticia, tomada fríamente, indicaba que un perro de raza pitbull aprovechó un descuido de su dueño, salió a la calle y atacó directamente a un pequeño de tres años que se encontraba en la vereda de la casa vecina. Luego de morder al pequeño, especialmente en la cabeza, el animal ingresó a la vivienda y atacó a una niña de ocho años, profiriéndole heridas en los brazos.
Pese a la gravedad del hecho, nadie, ni el Gobierno provincial ni tampoco la Municipalidad de Guaymallén, pudieron actuar en razón de que existe un vacío legal respecto de la tenencia de ese tipo de animales. Es más, ante las quejas de los vecinos -en las cercanías del lugar funciona una guardería- un funcionario de la comuna indicó que sólo podían remitirse a realizar un seguimiento para establecer que no vuelva a repetirse un hecho de esas características.
Se trata de una situación muy grave en razón de que, de acuerdo con las estadísticas, se producen en Mendoza trece casos de mordeduras de canes por día, aunque en la gran mayoría se trata de incidentes leves y que se dan con animales conocidos. Esos mismos números indican que en 2014 se registraron 5.015 casos de mordeduras de perros y que la franja etaria más afectada fue la de niños de entre 5 y 9 años, con 907 incidentes.
También quedó demostrado que existe un fuerte crecimiento de la tendencia, ya que en los años anteriores los casos rondaban los 4.500. Al referirse al tema, un funcionario provincial destacó que el crecimiento está relacionado con el aumento de tenencia de perros por seguridad y que la gente comienza tener razas más agresivas desconociendo, por ejemplo, que el pitbull no es un perro de guardia sino de pelea.
Quizás para otorgar mayor gravedad a lo planteado, cabe señalar que en diciembre de 2006 la Legislatura provincial aprobó la ley 7.633, que establece un régimen jurídico para la tenencia de perros considerados peligrosos; indica que quedan comprendidas las razas que por la potencia de sus mandíbulas, musculatura, talla y temperamento genéticamente agresivo pudieran causar la muerte o lesiones graves a terceros, personas o animales.
Expresa que será el Ejecutivo el que deberá reglamentar la norma legal y pone como ejemplo de perros peligrosos a: mastín napolitano, doberman, pitbull, bull terrier, dogo argentino, rottweiler, presa canario, akita inu y gran perro japonés, expresando entonces que serán los municipios las autoridades de aplicación de la norma legal.
Fija también la obligatoriedad de un registro de esos animales y las obligaciones que deben cumplir los dueños o tenedores de los mismos. La norma aún no ha sido reglamentada por el Poder Ejecutivo, aun a pesar de que, en dos oportunidades, Juan Carlos Jaliff en 2010 y Gustavo Valls en 2011, presentaron proyectos pidiendo explicaciones sobre los motivos por los cuales esa decisión no se ha producido.
Ante la situación planteada, surge la necesidad de que el Ejecutivo provincial tome cartas en el asunto y proceda a reglamentar la norma legal. No se puede aceptar tampoco que las autoridades hablen del tema sólo cuando se producen casos graves como el planteado días pasados, porque estuvo en serio riesgo la vida de un pequeño y que después todo quede en el olvido, a pesar de que están dadas todas las circunstancias no para evitar, pero al menos controlar este tipo de situaciones.
