Todos sabemos que en Silicon Valley se están gestando avances tecnológicos que, sin duda, determinarán nuestro futuro. Esta conclusión es fruto de que la inteligencia artificial está transformando todos los campos del servicio, y el servicio legal no está ajeno. En un reciente viaje por San Francisco (EEUU) pude entrevistarme con varios referentes legales de compañías tecnológicas (Google, YouTube, HP, Asana, AirBnb, entre otros), despachos de abogados y profesores de la Universidad de Stanford y todos coinciden en que el servicio legal está cambiando por completo, ya que la información procesada, ordenada y a la cual se le aplica inteligencia, permite que la experiencia del abogado al prestar el servicio cambie y, por supuesto, también la satisfacción del cliente. Quiero comentar el caso de dos compañías que ya cambiaron la experiencia en el servicio legal: RavelLaw y RacketLawyer.
RavelLaw (Ravel), recientemente comprada por LexisNexis, nació como un programa informático que no sólo pone a tu disposición todas las sentencias, doctrina y opiniones de los jueces sobre alguna temática jurídica sino que, además, han trabajado muchos programadores para lograr tener el primer software con una sofisticada inteligencia artificial que entrega una estadística muy precisa sobre qué ha opinado un juez en determinado tema y qué porcentaje hay de que ganes un caso ante ese juez. Puede arrojarte como resultado al abogado más ganador en temas de despidos laborales (entre muchas áreas más), en ese tribunal o en todos los tribunales que vos quieras consultar. Puede decirte con exactitud cómo deberías encaminar una defensa ante determinado tribunal conforme a su historia sobre la temática; pero toda esta big data surge de escanear cada documento de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard con tecnología de reconocimiento óptico de caracteres y así tener por digitalizada (por completo) la biblioteca de jurisprudencia más grande de EEUU después de la Biblioteca del Congreso.
En un mano a mano con su CEO (abogado por cierto) me dijo que “la inteligencia artificial está jugando un partido importante en sectores como el periodismo, la política y el deporte y ayuda a los actores implicados a manejar la información de una forma diferente y a tomar mejores decisiones; ahora es el turno del mercado legal”.
RocketLawyer (RL), con más de 20 millones de usuarios, repartidos en varios países, es un estudio de abogados que presta sus servicios “on line”, que tiene como premisa la elaboración eficiente de documentación legal y la prestación de asesoramiento jurídico de bajo costo en cualquier idioma, en varios países y contando con los mejores abogados en cada mercado en el que atiende.
Entre sus diferenciales al “modelo tradicional”, la plataforma te permite la creación electrónica de documentos personificados que se pueden compartir con cualquier persona y ser guardados de forma segura para su uso en cualquier momento; el asesoramiento legal personalizado low cost, en formato de preguntas y respuestas o a través de consultas en tiempo real. También la plataforma permite certificar legalmente la identidad de las partes, sin necesidad de tener que recurrir a un escribano. El mismo estudio te presta el certificado de firma digital para que cierres tus acuerdos sin moverte de tu oficina de trabajo.
Luego de esta experiencia por Silicon Valley, me quedo con dos conclusiones: entender la enorme importancia que reviste el procesamiento de Big Data y luego comprender que nuestra profesión no será la misma con el uso de la inteligencia artificial. Como me dijo hace poco un profesor: “La marea, tarde o temprano nos llegará”.
