Nueve encuentros consecutivos sin conocer victorias destrozaron el entusiasmo que había despertado el equipo desde el inicio de la competencia. Lo hicieron añicos. Hoy el pesimismo y el escepticismo domina la escena de un Independiente Rivadavia que cada vez se hunde más en la tabla de los promedios y que prácticamente dio por perdida la batalla en alcanzar a Douglas Haig y All Boys (le sacaron nueve y diez puntos respectivamente a quince fechas para el final).
Hoy, la Lepra deberá replantearse los objetivos y apuntar los cañones a Estudiantes de San Luis, Juventud Unida de Gualeguaychú -lo recibe este domingo a las 21 en el Bautista Gargantini-, Central Córdoba de Santiago del Estero, San Martín de Tucumán y Flandria -justamente el rival al que visita hoy-. Por eso este partido no es uno más. En absoluto.
Esta tarde, a las 15.30, una victoria ante el Canario, en el Carlos V de Jáuregui no sólo significaría la vuelta a la vida tras una letargo de nueve partidos sin victorias, sino que implicaría un golpe de efecto y sembrarle un poco de dudas a un equipo como Flandria que viene afirmándose en la categoría tras hilvanar diez partidos sin conocer la derrota.
Berti entiende que no se puede fallar. El técnico habló de ocho victorias, como mínimo, para asegurar la permanencia, y sabe que lograr la primera en Jáuregui sería lo mejor que le puede suceder hoy a su Independiente.
Y por ello decidió ratificar su confianza al once titular que igualó en la última fecha ante Santamarina aunque deberá hacer un cambio obligado. Yeimar Gómez Andrade, el pilar fundamental de la última línea del Azul, se fue expulsado por doble amonestación y Alejandro Rébola será su reemplazante.
El marcador central ex Tigre y Brown de Puerto Madryn, entro otros, tendrá la gran oportunidad de reivindicar la muy mala imagen que dejó en el 0-4 ante Brown de Adrogué. El resto serán los mismos del debut de Berti como DT Azul.
Restan quince partidos y el margen para las ocho victorias se achica. Es hora de apretar el acelerador al máximo.