Deja pasar oportunidades con una facilidad alarmante este Independiente. Anoche tuvo una inmejorable chance de abrazar un triunfo e irse festejando con su gente y no fue.
Porque falló en el juego, pecó de intrascendente y apenas igualó 1-1 con All Boys. Pobre redebut en 2018 y la angustia de pelear el descenso ya es un karma.
Poquito le duró el entusiasmo al simpatizante azul. Apenas 21 minutos. Porque Independiente Rivadavia amenazó con llevarse puesto a All Boys con ese comienzo furioso, de mucha movilidad y presión alta, pero apenas engranó el mediocampo visitante, hubo más lamentos que festejos.
En ese comienzo de empuje y ganas aparecieron algunas ocasiones de riesgo contra la valla de los de Floresta. Sin embargo, sin la conducción de Abelairas y Disanto, el balón rápidamente pasó a ser posesión del rival.
Tampoco apareció Piergiácomi en su plenitud, pero tuvo un papel más determinante en el 1-1 con que se fueron al descanso. La Lepra careció de juego asociado y tuvo apenas algunos buenos lanzamientos cruzados para romper con el hombre al vacío, pero tampoco hubo buen cierre de esas acciones.
Salas fue lo más peligroso de este capítulo inicial. Y Salas juega en All Boys. Entonces no costará mucho imaginar que la Lepra no tuvo un buen capítulo inicial.
Sufrió con el buen destino que Canuhé le dio al balón y el sector defendido por Navas fue el más vulnerable. El gol del empate, 60 segundos después de la apertura del marcador, alcanzó a apagar algunos reclamos pero no para dejar saldo positivo después de los primeros minutos oficiales de este 2018.
Lo que siguió no tuvo una mejor imagen. La Lepra siguió sin juego (De Muner cambió sus tres volantes creativos), con demasiadas imprecisiones y con escasas situaciones frente a la valla de Losada. Pero no sólo fue el local quien cayó en su rendimiento.
All Boys ya no tuvo tantas intenciones y se preparó para jugarlo de contragolpe. Y armaron un partido chiquitito, sin protagonistas, con poco para contar y mucho para lamentar.
La pelota parada pasó a ser la vedette del momento para ambos, aún cuando no supieron como lastimar por esa vía.
El reclamo y los silbidos de los simpatizantes azules expresaba como nada el mal arranque del equipo mendocino.
No perdió, es cierto, pero no pudo ganarle como local a un equipo con grandes limitaciones y sigue complicado en el fondo de la tabla.
