El gran momento de Independiente Rivadavia va quebrando rachas adversas, rompiendo maleficios y, de a poco, se va sacando de encima una mufa que lo persigue hace mucho tiempo.
Con la victoria ante Instituto (al que no había derrotado nunca en el Bautista Gargantini), la Lepra alcanzó los 600 puntos en el acumulado de la tabla histórica de la B Nacional.
Que a gran velocidad se haya alcanzado la barrera de los 600, mucho tiene que ver la efectividad de este equipo de Martín Astudillo, que disputados 14 partidos se ha quedado con el 55% de los puntos en juego.
La B Nacional le ha resultado muy esquiva a Independiente. Jamás disputó una instancia de ascenso, ni siquiera logró dar el salto en el Transitorio 2014 cuando ascendieron la mitad de los equipos. Todo se le hizo cuesta arriba.
Supo conformar planteles de mucho prestigio y ser uno de los equipos de mejor presupuesto de la categoría. Ariel Ortega, ni más ni menos, supo llegar al Parque siendo una de las figuras del fútbol argentino más importantes que pisó el ascenso, junto a Román Riquelme (Argentinos).
Sufrió muy malas campañas. La primera que arrojó números alarmantes fue la 2001/2002 que la terminó pagando con la pérdida de la categoría. En esa oportunidad, quedó en el puesto 18 y ganó sólo 10 partidos de los 38 que disputó.
La otra campaña de terror fue la de 2010/2011, cuando volvió a quedar en el escalón 18, quedándose con los tres puntos en sólo 9 ocasiones (jugó 40 partidos). Fue el equipo que arrancó dirigiendo Roberto Trotta y Jorge Ghiso lo salvó en la promoción.
El torneo pasado, en el que asumió Astudillo y terminó dejando al Azul en la categoría, también fue de terror. El equipo sacó 20 puntos y terminó antepenúltimo.
El Azul tiene el 40% de efectividad histórico y la media de puntos es de 1,229. Su diferencia de gol es negativa (-75). No siempre todo pasado fue mejor.
