El cambio de entrenador significaba una bocanada de aire fresco. Las ilusiones del hincha leproso, más que nunca, lucían renovadas. El desafío del grupo estaba planteado en volver a ser aquel equipo protagonista que hizo un click negativo e inexplicable a partir de la derrota frente a Unión en Santa Fe. Encima, Sarmiento había goleado y, para no perder el tren del lote de los equipos que se disputan los cinco ascensos, al Azul no le quedaba otra que ganar.
Pero a Independiente y al cauteloso 4-4-1-1 que propuso Daniel Garnero, con Alfio Lorenzo por el lesionado Bebu Velázquez como cambio de último momento, se le vino la estantería encima con un gol que llegó prácticamente desde los vestuarios. Las desconcentraciones se pagan de esa manera, con goles en contra.
A partir de allí, a la Lepra le costó mucho generar juego. Impreciso en la transición y largo en la elaboración. Con poco a Patronato le alcanzaba para ganar.
El local sólo inquietaba con pelotazos a espaldas de la última línea leprosa. Para colmo, sobre los 37 minutos, Palote metió un tremendo cabezazo y puso el empate, pero Echenique vio una falta del chileno a Boggino y anuló lo que parecía una conquista legítima. Y cuando Independiente comenzaba a acomodarse en el campo de juego, se consumió el primer tiempo.
El complemento comenzó con una Lepra más activa. Se plantó unos metros más adelante y presionó a Patronato sobre la salida. Sin embargo, con el Negro Pérez lejos del gran nivel que exhibió en la temporada pasada, al Azul le costó hilvanar juego. En muchas ocasiones, pecó de previsible, se repitió en pelotazos para González Vega y Carioca Velázquez .
El partido se hizo feo, aburrido. Ante un Independiente que quería y no podía porque no se le caía una idea, y un rival que hacía todo lo posible para que los minutos se consumieran, el partido se convirtió en un bodrio. Garnero intentó con los cambios. Con “Carioca” Velázquez y Arnaldo Castorino en cancha, ganó en presencia ofensiva. No obstante, el problema estaba en la generación de fútbol.
El Azul no logra levantarse y el tren de los de arriba se escapa. Quedan ocho finales para el final. Eso sí, para seguir alimentando el sueño de Primera deberá mejorar y mucho. Patronato le ganó con muy poco. Sí, por Orfano...
