La Lepra igualó sin goles en el Parque

En su debut como local en el torneo, Independiente quedó en deuda con su gente: empató en cero ante un Santo tucumano que hizo su negocio. El partido tuvo pocas situaciones. Un largo bostezo.

La Lepra igualó sin goles en  el Parque

Independiente Rivadavia no pudo en su debut en la Catedral. Es que si bien tuvo las dos únicas jugadas claras a lo largo de los 90 minutos, no pudo quebrar a un San Martín tucumano que, sin dudas, anoche hizo un negocio redondo en el Gargantini.

Le costó a la Lepra agarrar la pelota en los primeros minutos de juego. Es que el Santo tucumano se adueñó de la pelota y si bien no lo hizo con peligro, puso nervioso al conjunto del parque que no podía agarrar la pelota.

En ese momento complicado para el Azul fue importante Luis Daher porque se puso el traje de conductor e hizo jugar a los dos rapiditos (Méndez y Cerutti) por la puntas, como también a Gissi que se pelaba el lomo en cada lucha con los defensores visitantes.

De todas maneras más allá de que el equipo de Pepe Romero había recuperado el protagonismo ese que se necesita cuando uno es local, no llegaba con el peligro necesario al arco de Ignacio Arce.

Solo ese tiro libre de “Cheche” Sánchez que en primera instancia el arquero tucumano dio rebote y que Gissi encontró pero su remate fue contenido nuevamente por Arce.

Con el paso del tiempo el equipo visitante le encontró la vuelta para controlar a Daher y de ahí en más Independiente tuvo que apelar a algún pelotazo al vacío para el pique de Méndez, Cerutti o Gissi.Solo algunos remates de media distancia llamaron la atención del público. Aracena, en estos primeros 45 minutos fue un espectador de lujo y eso deja en claro que la propuesta visitante fue amarreta.

Si el primer tiempo había sido pobre en lo futbolístico el segundo tiempo iba a marcar un récord en ese sentido. Es que ni el uno ni el otro supieron hilvanar alguna jugada de peligro.

La Lepra volvió a mostrar lo mejor cuando la pelota paso por el pie de Daher o en alguna escalada de Navas o Sánchez, pero hubo anemia futbolística en el equipo de Romero.

La pelota que se estrelló en el travesaño tras un remate de Daher por encima de la humanidad de Arce hizo ilusionar a los Caudillos, pero después de eso lo único que volvió a levantar a la gente fueron los fuegos artificiales del final.

Como había sucedido en su debut hace una semana ante Chicago, Independiente volvió a empatar. Es sí, esta vez estuvo lejos del nivel que mostró en Mataderos.

Ahora se viene una semana larga para preparar el duelo ante Almagro e ir por la primera victoria en el campeonato. El Azul la necesita.

Los vestuarios azules, un lujo

“Bienvenidos a la Catedral. Una historia de noble tradición”, se lee en el ingreso a plateas. Por iniciativa de la Subcomisión de fútbol de Independiente Rivadavia se realizaron acciones tendientes a continuar con la identificación con los colores. Por eso, renovaron las imágenes de los jugadores en el camarín y pusieron escudos en las cabinas de prensa y en el túnel. Los dirigentes procuran que, tanto de parte de los hinchas como de los jugadores, se potencie el sentido de pertenencia a la institución del Parque. Excelente.

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