La Lepra perdió y sigue en la “zona roja”

Independiente Rivadavia cayó en Córdoba ante Instituto y desperdició una buena oportunidad para salir de la zona de descenso. El próximo miércoles, duelo clave en Mendoza ante Chacarita.

La Lepra perdió y sigue en la “zona roja”

Aunque tenía la gran oportunidad de depender de si mismo ganando y saliendo de la zona roja de los promedios, Independiente Rivadavia “patinó” en su visita a Instituto y despilfarró una gran chance de sumar un triunfo que hubiera sido clave desde lo anímico.

Mejor La Gloria en los primeros minutos. Instituto manejaba la pelota en campo mendocino e intentaba hacerse ancho por los costados para explotar las espaldas de los laterales de la Lepra. Parado de contragolpe, Independiente comenzó a hacer pie y generó dos llegadas interesantes: la primera por intermedio de González y la otra a través de Tarragona.

Y mientras Alfredo Berti le pedía a sus dirigidos que presionaran en tres cuartos sobre la salida de los cordobeses, el partido se comenzaba a armar. Crecía Montero, se asociaba con González y el Azul se ilusionaba.

Sin embargo, justo en el momento en el que Independiente había exigido por primera vez los reflejos de Olivera (bombazo de Yeimar de afuera del área); del córner a favor mal ejecutado, el equipo quedó tan mal parado que terminó sacando del medio. Claro que fue determinante la fatalidad de Montero, quien resbaló y cayó al piso; lo que aprovechó Medina, centro para Orfano y definición con el arco vacío.

Tremendo golpe que parecía derribarlo anímicamente. Herido en su orgullo, la Lepra intentó reaccionar. Sobró actitud para correr, aunque faltaron ideas y precisión para cristalizar ese leve dominio.

Instituto salió con todo en el complemento. Y al cabo de tres minutos, Aracena se hizo gigante para ahogar tres veces el grito de gol de La Gloria. Impecable el Pity volador ante sendos cabezazos de López y Gotti (este último dentro del área) y un remate tremendo de Orfano. Pero a los de Berti no les quedaba otra que atacar y en la jugada siguiente, Tarragona estuvo a centímetros de estampar el empate.

Con el ingreso de Kun Gautier por Irañeta y de Curuchet por Disanto, Berti buscó mayor profundidad y presencia ofensiva. Pasó del 4-2-3-1 a un 4-4-2 con Cerutti a la izquierda y Curu a la derecha. Tarragol ya no estaba tan solo arriba, pero el equipo seguía careciendo del aplomo necesario para que alguno metiera esa pelota justa, necesaria, entrelíneas. Faltaba punch en los metros finales.

La pelota llegó casi pisando los 30, pero Gautier no alcanzó a conectar el centro envenenado de Curuchet y La Gloria se salvaba. Independiente acumulaba atacantes (Sosa por Arciero) pero no lograba penetrar a Instituto. Pity Aracena volvía a ahogar el grito de Instituto y, con el correr de los minutos finales, el estadio explotaba de felicidad por el tercer triunfo al hilo del equipo de Demaría. Justo en el momento menos deseado, Independiente cortó su racha más positiva en este 2017.

Defeccionó en su intento de salir de la zona roja (y comenzar a depender de sí mismo), pero cayó de pie. Con pena y sin gloria. ¿Podrá volver a levantarse después de semejante golpe?

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