Un juez de Kuala Lumpur pospuso hoy hasta finales del mes que viene el juicio oral contra dos chilenos acusados de asesinato en Malasia, donde este delito se castiga con la muerte en la horca.
El ingeniero Felipe Osiadacz, de 27 años, y el cocinero Fernando Candia, de 30, que se declararon inocentes, fueron detenidos hace un año en Bangkok por supuestamente matar a un malasio mientras se encontraban de vacaciones en este país del Sudeste Asiático.
El juicio se encuentra en la fase de exposición de argumentos por parte de la fiscalía, que solicitó un aplazamiento al argumentar que tiene que dar prioridad a otros casos.
El juez accedió a la demanda y fijó la reanudación del caso para el 24 de septiembre.
El magistrado dio hasta el 9 de octubre a la fiscalía para que termine su exposición y una semana después decidirá si acepta la acusación o no.
La decisión dejó satisfecha a la defensa que había pedido que el aplazamiento no fuera muy largo debido a la distancia y los costes que deben afrontar los familiares de los acusados.
"Estamos muy contentos con esta nueva fecha y confiados en que se realizará lo correcto. Estamos muy contentos con el progreso del caso hasta ahora", dijo la abogada, Venkateswari Alagendra.
La letrada destacó el buen estado de ánimo de los dos acusados, que fueron recibidos en el tribunal por la madre de Candia y la novia de Osiadacz, con las que compartieron unos instantes.
La otra abogada de la defensa, N. Saraswathy Devi, mostró su confianza en una resolución favorable del caso.
"No se preocupen por la pena de muerte, tengo confianza en el proceso, la pena de muerte no está sobre la mesa", dijo.
Según la versión de los detenidos, el fallecido los siguió hasta el hostal donde se hospedaban para pedirles dinero, tras lo cual se produjo un "forcejeo" en el que el malasio falleció.
De acuerdo con el informe forense, esta persona estaba "bajo la influencia de diversos estupefacientes" y los chilenos acusados alegan que lo acontecido fue "en defensa propia".
Malasia aplica la pena de muerte en la horca a los condenados por narcotráfico y homicidio voluntario.