Cercada por la Justicia, que la investiga por malversación de caudales públicos, Lucía Hiriart, viuda del dictador chileno Augusto Pinochet, debió dejar atrás el sosegado pero amargo retiro público en que se mantenía en los últimos años tras la muerte de su esposo en 2006.
Considerada la mujer fuerte tras la cruenta dictadura de su marido (1973-1990), a sus 93 años Hiriart ha vuelto a enfrentar acusaciones de malversación de caudales públicos y fraude luego de que se hicieran públicas denuncias de negocios inmobiliarios de la fundación Cema-Chile, de la que ella era su presidenta vitalicia.
Creada durante la dictadura para capacitar en oficios menores a las dueñas de casa, la fundación buscaba dar una base de apoyo popular al régimen, con cientos de sedes sociales a la largo de Chile en la que las mujeres acudían a aprender a tejer o bordar o tomar el té.
Pero tras el fin de la dictadura, poco a poco dejó su carácter social y se convirtió en un lucrativo negocio inmobiliario del que se benefició Lucía Hiriart y su familia, en una cantidad que aún no ha sido cuantificada oficialmente pero que medios de prensa calculan en unos ocho millones de dólares.
“Cema-Chile devino luego del fin de la dictadura en una entidad que no desarrolla ninguna actividad social relevante y cuya principal actividad en los últimos años ha sido dedicarse a la venta y el arriendo de los inmuebles que recibió en la dictadura”, dijo el ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio.
Tras la muerte del ex dictador, en diciembre de 2006, su familia vivió años turbulentos con la investigación sobre el origen de la inmensa fortuna oculta en bancos extranjeros. Lucía Hiriart y sus cinco hijos fueron arrestados pero luego liberados sin sanción al no poder acreditarse las denuncias de malversación de caudales públicos.
Después del cierre de la investigación, la viuda de ex dictador y sus hijos se sumieron en el anonimato, viviendo la decepción de perder el apoyo de los antiguos partidarios del régimen.
“Desde la muerte de Pinochet, la vida de Lucía Hiriart y su familia fue de decepción, por la desafección abrupta y precipitada de aquellos que en su tiempo fueron pinochetistas”, dijo la periodista Alejandra Matus, autora del libro biográfico “Doña Lucía”.
“Para ella han sido años amargos”, agregó Matus.
El sosiego de los últimos años llegó sin embargo a su fin tras la denuncia presentada en diciembre de 2015 por el Ministerio de Bienes Nacionales para recuperar 135 propiedades que fueron transferidas gratuitamente a Cema-Chile, valoradas en unos 120 millones de dólares, de las que la fundación ha seguido usufructuando.